top of page
  • salva-robles

"EL POLACO", de J.M. Coetzee


Empezaré mi reseña diciendo que esta “nouvelle” me ha decepcionado bastante. Por varios motivos que enumero a continuación:


1. Considero que la traducción es deplorable. Esta circunstancia me ha sacado del placer lector en todo momento y ha impedido que pudiera concentrarme realmente en la historia, en sus intenciones y resultados o en los mecanismos internos de la propia narración. He leído por ahí una entrevista al propio Coetzee donde este afirma que “El polaco” es un proyecto a menor escala que una novela. Y dice textualmente: “En esta etapa tardía de mi carrera, no creo tener la energía o el empuje para embarcarme en una novela a gran escala”. ¿Qué significa eso? ¿Que lo que he notado en pobreza narrativa y en profundidades significativas no es problema de la traducción, sino de la “apatía” del propio autor?

2. Hay una simpleza narrativa que podría ser intencionada. Se da el caso de que aquí los protagonistas son dos personajes que tienen que comunicarse en una lengua que no es materna y que uno de ellos no la domina igual de bien que el otro. En este caso, ¿esa simpleza proviene de la propia llaneza y espontaneidad candorosa que no es sino fiel reflejo de la inocencia lingüística que gastan sus personajes? Podría ser, pero a mí no me cuadra del todo y vuelvo a sentir que la traducción no ha sabido reflejar esto de manera adecuada.

3. Coetzee vuelve a viejas y fructuosas obsesiones narrativas (la agitación entre lo encubierto y lo evidente, los reversos ocultos de una vida, la pugna entre azar y esfuerzo personal, la vejez), pero quedan tan en suspenso o deslavazadas que uno tiene la sensación todo el tiempo de que es una novela como inconclusa y poco o nada revisada. O aquí vuelve a obsesionarme la sensación de que la traducción no ha logrado captar bien el espíritu de dichas recurrencias temáticas.


Todos estos motivos me hacen sentir o me llevan a la conclusión de que es una narración fallida, que no logra ninguno de los objetivos que supuestamente se habría planteado su autor. Y eso que lo que uno atisba leyendo es algo emocionante y hasta emotivo, interesante y también sugestivo y placentero. Hay, por ejemplo, una variación de la historia clásica de Dante y Beatrice y una actualización de los amores exaltados entre Chopin y George Sand como telón de fondo o reminiscencia que aportan interés e intenciones significativas y que actúan como reflejos deformantes. Hay también un personaje central (una Beatriz española) que es rico en matices y que vive en constante estado de cuestionamiento y que decide recorrer un camino (a la inversa) para averiguar los sentimientos por ella de un hombre que le ha parecido siempre extraño y desmedido en intenciones. Y todo esto crea mucho interés en el lector. Pero todo acaba deshilvanado, demasiado disperso y deja siempre la sensación de que a la narración le faltan fondo, pero, sobre todo, magia.

La prosa punzante del siempre eminente autor aquí no la veo por ninguna parte. Percibo atisbos, pero sin resultados satisfactorios. Esa sencillez estilística, de frases cortas y párrafos rebanados producen cierta agilidad, pero esta muere pronto en cuanto se perciben no su vacío, pero sí la inanidad de una propuesta narrativa que no transita bien por ninguna de sus intenciones (sean cuales sean).

Así que como lector quedo defraudado absolutamente. Y tan perdido como extrañado, pues este autor -incluso en obras de calado menor- siempre me ha dejado buen poso y horas de lectura muy placenteras, hasta el punto de convertirlo en uno de mis favoritos. Y en mi cabeza, una vez acabado y cerrado el libro, han estado circulando sensaciones ambiguas e incomprensibles durante varios días. No sé qué es lo que pasa con esta obra. No me ha importado leerla (la empecé entusiasmado por las ganas), pero sí que me ha dejado noqueado y, en cierta medida, hasta enfadado (quizá “aturdido” sea mejor adjetivo). E insisto, creo que parte de la culpa de esta debacle (cómo me gustan los dramas) la tiene una traducción pésima, inadecuada y que no ha sabido entender la esencia de una historia de premisa pequeña, pero que podría haber sido un alucinante goce estético en su aparente o intencionada simplicidad.

36 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
Publicar: Blog2_Post
bottom of page