Sin duda alguna, esta película se agarra con fuerza a eso de ser un loable intento de atrapar la historia. Lo hace, además, contando un momento histórico importante que marca un antes y un después en un país que necesitaba justicia ante la atrocidad que tuvo que soportar.
Los ingredientes necesarios para conectar con el público se manipulan con solvencia en una realización potente que trabaja un guion milimétrico en lo de dar en la diana de las emociones del espectador comprometido en todas y cada una de las escenas. Añadamos un espectacular diseño de producción que retrata una época reciente con milimétrico poderío visual (son encomiables la fotografía y la dirección artística). Y, por si fuera poco lo anterior, pongamos de protagonista a un actor de enorme carisma que soporta todo el peso de una película pensada para su lucimiento estratosférico. Todo lo anterior funciona a la perfección y el engranaje de la película parece perfecto. Además, y esto también suma, maneja y nos regala un humor inteligente en momentos precisos y muy bien calculados.
Todo opera en su sitio. Y tanto es así este funcionamiento de mecanismo de relojería, que acaba empantanando la película en una imitación perfectísima de ese cine americano insaciable sobre juicios que tantos títulos memorables nos ha regalado. Es decir, "ARGENTINA, 1985" es un calco. Y esto la convierte en una película a la que se le perciben unos trucos que no aportan cine novedoso o diferente, sólo un algo más de lo que ya conocemos hasta la saciedad y el hartazgo, por lo que atesora demasiado cine común y evidente porque, finalmente, no nos regala sorpresa o personalidad propias.
De todos modos, el director Santiago Mitre aunque copia, imita bien y nos ofrece una película muy entretenida, de esas obras que el espectador (que se deja manipular) disfruta, ya que lo hace sentirse empático porque le remueve esas emociones políticamente correctas que lo llevan a saberse parte de lo que debe ser un ciudadano ejemplar y comprometido ante las atrocidades e injusticias de los poderosos.