
"VOLVERÉIS" (España, 2024), de Jonás Trueba
Cuando esa gente (sí, esa gente) dice que el cine español es rancio, malo, repetitivo, casposo, aburrido, insustancial... deberíamos taparles la boca con una película como esta. La premisa del guion no puede ser más original y, de paso, esa originalidad le da guantazos al cine romántico norteamericano. Porque esta película es cine romántico, pero al revés. Y, de paso, nos regala existencialismo a espuertas. Porque habla de manera muy sencilla sobre temas muy serios y que nos atañen a todos. Y pese a eso, es también muy divertida, a ratos tremendamente divertida.
Parece hecha por un hijo madrileño de Woody Allen, pero también su director podría ser primo hermano madrileño de Truffaut. Pero seamos justos: ni Woody ni François: Jonás Trueba es un cineasta único que tacita a tacita se está labrando un estupendo lugar en el cine español y con "VOLVERÉIS" nos regala su película más redonda hasta el momento. Que sí, que su naturalidad no es tal, que su sencillez es solo aparente, que sus personajes son pedantorros... ¿y qué si todo eso es lo mejor de un cine siempre a contracorriente?
En sus películas (pero, en esta última, más aún) yo me quedaría a vivir para seguir escuchando a esos personajes tan creíbles como cercanos y tan verborreicos. Personajes que resulta que sienten y piensan casi como yo (o quitemos el casi). Me encanta verlos perdidos y ambiguos y siempre decididos a equivocarse, plenamente conscientes de su supervivencia. Y me encanta también verlos moverse en sus cotidianidades, que son tan de verdad, aunque el cine sea siempre fingimiento. Y aquí dentro, por si fuera poco, hay detrás de todo ese tema central (tan original, repito) un empaquetado metatodo: metarreferencial, metanarrativo, metacine en definitiva. Y la película discurre tranquila y nerviosa al mismo tiempo. Y uno se nota la sonrisa instalada todo el rato porque en la pantalla sucede el desparpajo, la vida y sus trascendencias, la comedia en mitad de los dramas que nos ocurren y, también, el cine hablando de sí mismo pese a sí mismo o por ello mismo (yo me entiendo).
Y todo, todo, todo para hablar del fin del amor y de cómo hay que celebrarlo.
Su mayor baza es LA NATURALIDAD (impostada, claro, que esto no es sino cine, pero cine repleto de melancolía y de una sencillez encomiable utilizada para hablar de cosas importantes).
Bravo, Jonás Trueba, y bravo también a tu pareja en la vida real y coguionista y protagonista femenina (Itsaso Arana) y al protagonista masculino y coguionista también (Vito Sanz): los tres habéis parido una película hermosa y milagrosamente diferente y muy original sin la necesidad de inventar nada, fíjate tú qué cosa más curiosa esto.
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