“HACER EL AMOR”, de Jean-Philippe Toussaint

“HACER EL AMOR”, de Jean-Philippe Toussaint

AÑO: 2002

PÁGINAS: 106

GÉNERO: novela

Qué difícil es, a veces, terminar una relación. No es fácil dar los pasos, no nos atrevemos muchas veces a tomar decisiones drásticas que sabemos que sí, que son necesarias, que acabarían con nuestros sufrimientos y, sin embargo, ahí seguimos, empeñados en una nada que solo nos hace sufrir. Hay personas enganchadas a resistir por miedo, sobre todo, a la soledad, pero también a más cosas. Qué complicado es expresar los motivos de una ruptura, atreverse a poner nombre a los porqués y afrontar la situación directamente, sin rodeos. Hay personas que hasta hacen terapia para poder terminar con una relación con la que llevan años sufriendo desencantos varios o un desenamoramiento irrevocable. Yo creo que nos influyen varias presiones, no solo sociales, también íntimas y personales y en la que nuestra manera de interpretar el mundo o de interpretarnos nosotros dentro de él nos hacen malas jugadas y nos llevan al inmovilismo, a soportar desilusiones mirando hacia otros lados.

Vale, pues de esto va esta breve novela. Sin embargo, apenas lo percibimos directamente porque la escritura de este autor lo que hace, más que narrar un argumento, es establecer una atmósfera cuasi onírica en torno a una pareja que se reúne para hacer el amor por última vez. En este libro no importan ni las causas, ni la raíz o el origen del conflicto que ha llevado a esta pareja al borde del precipicio. De hecho, notamos a los dos personajes cayendo traspasado ese borde, porque ambos saben que han llegado al final, que la solución no es factible ni la quieren ninguno de los dos. Él y ella, ella o él, están en ese punto sin retorno. Dice el narrador: “Romper era un estado antes que una acción, un duelo antes que una agonía”. Y la novela atrapa ese instante de manera portentosa, sin que apenas se note porque todo en ella es metáfora, sin digresiones o tramas secundarias, va al grano y al meollo, a los vaivenes de esos últimos instantes. Por las páginas aparece Tokyo (símbolo de la megalópolis infectada de seres humanos y en mitad de ella la soledad de dos personas que ya no saben amarse), están los temblores de la tierra que presagian un terremoto y que metaforiza claramente los tambaleos de la pareja a punto de acabar. Está la nieve que cae en mitad de la noche y que presagian esas lágrimas que derraman los amantes a los que ya solo les queda rencor y miedo. Hacer el amor es para ellos la última conformidad, que se percibe siempre incoherente y angustiosa.

La maestría de Toussaint es obligar al lector a que perciba lo que no cuenta, de ahí el uso de un lenguaje poético que no menosprecia jamás el sentimentalismo que aparece narrado de manera infinitesimal, pero con una fuerza desgarradora. Por eso (y esto dependerá de cada lector, claro está), si se conecta con su pronunciación narrativa (repleta de elipsis e insinuaciones), la novela puede tocar en los adentros y este ha sido mi caso. Así que sé que gustará más a aquellos que logren vincularse con ella, bien sea a través de las reminiscencias, bien a través de las agitaciones internas de cada uno.

Me quedo con el arte muy singular y minimalista que despliega su autor, capaz de, con muy poco, crear un ambiente en el que lo conciso y lo callado van tomando protagonismo en la mente de un lector que reconstruye un estado emocional de unos personajes que deambulan a la deriva física (ese Tokyo tan de “LOST IN TRASLATION”) y mental (esos personajes vagabundeando hacia el único lugar posible: la ruptura). El autor deja patente y muy claro, a través de escenas repletas de sugerencias, lo difícil que es acabar una relación de una manera equitativa o lógica cuando lo racional brilla por su ausencia. Y lo hace utilizando una técnica narrativa que está muy cercana al lenguaje cinematográfico. Es, por tanto, una novela muy sensorial.