Año: 2017
Páginas: 179
Género: novela
Entiendo las intenciones y la existencia de esta novela, pero no veo los resultados más allá de que aparezcan sugeridas. No obstante, es Kureishi quien narra y su pluma nunca deja indiferente. Creo que aquí falla, principalmente, el género elegido: como novela no funciona. Como obra teatral funcionaría muchísimo mejor, sin duda. Hay un buen arranque (por personajes y situación), un desarrollo a trompicones y un desenlace absolutamente desmedido e irracional la mayor parte del tiempo.
Pero me gustan algunas cosas: los personajes, sobre todo. Tienen entidad y comprendo sus neuras, que son las de todos, pero también metaforizan el mundo de hoy: el ocaso de una civilización que cae en picado en una nebulosa que da miedo hacia donde nos lleva. Me gusta la irreverencia con la que se tratan temas muy serios (la ancianidad, el amor, el enganche sexual, la muerte, la creación artística o el vencimiento de nuestro cuerpo), el lenguaje desmedido y directo (a veces muy salvaje) y el tono tragicómico en el que el humor (muy británico) toma un protagonismo bastante áspero.
¿Es romántica aunque sea de manera poco convencional, mordiente aunque no logre lo que pretende? Intenta ser una narración incorrecta en lo político, sin embargo, acaba siendo una rareza que perturba más por el casi que por el resultado final, ya que la historia toma caminos divergentes que no se anexionan del todo bien.
No obstante, estoy agradecido por haberla leído. Es una novela fallida que no te cabrea por serlo. Y porque está escrita por un autor que sí tiene clara una cosa y logra su propósito principal: radiografiar el derrumbamiento del mundo contemporáneo.
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