Páginas: 247
Publicación: 1919
Género: novela
Subtitulada como “Colección de relatos sobre la vida en un pequeño pueblo de Ohio”, esta obra oscila, efectivamente, entre las fronteras del relato y la novela. El espacio es común a todas las historias (el pueblo), y los personajes se interrelacionan porque viven en el mismo lugar. Es el joven reportero del periódico local (George Willard) quien da cohesión a todas las historias. Sencillamente, una obra magistral.
Los 22 relatos desarrollan un finísimo retrato (fascinante) de una comunidad variopinta, que aparece mostrada con detallismo a través de una prosa (cómo escribe este hombre) limpia y penetrante, aguda y sutil. Una prosa gigantesca, que juega constante y armoniosamente con la descripción de una realidad pasada por el filtro de lo poético.
Los personajes tienen muchas cosas en común, sobre todo la soledad y la incomunicación. Sherwood Anderson los psicoanaliza a través de un narrador omnisciente que en realidad no lo sabe todo y el lector va pasando las páginas impregnándose de la desolación que protagoniza a unos personajes que parecen estar muertos en vida y, en un momento determinado de la narración, suelen percatarse de ello inexorablemente. Al final, lo que queda es la constatación de que las utopías americanas son sólo eso: utopías. La realidad siempre es otra.
Hay que reivindicar a este escritor cuya influencia, me consta, se percibe en escritores americanos posteriores como Faulkner, Hemingway o Salinger. Y ya que estamos con él, recomiendo encarecidamente la lectura de su novela “MUCHOS MATRIMONIOS”, una auténtica joya sobre la fuerza autodestructiva que tienen las convenciones sociales.
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