AÑO: 2006
PÁGINAS: 370
GÉNERO: novela
El amor lo cura todo. Ésta sería la premisa de la novela y, quizá, su bello resumen. Pero no nos equivoquemos y juzguemos por ello previamente esta lectura.
Desde la página uno he disfrutado la prosa directa, de frases cortas -casi zapatazos en el suelo- que irradian naturalidad y filosofía a partes iguales. Una estructura perfectamente circular (el personaje central en un mismo espacio al principio y al final, sólo que -entre medias- consigue resucitar: la novela es un viaje al interior de un hombre ensimismado), un espacio envolvente (esa isla nevada sueca, tan metafórica como figurativa) y unos personajes inolvidables (todos: desde el cartero quejado de enfermedades imaginarias a la niña de 16 años que da abrazos por doquier) han logrado que yo disfrute esta novela desde la primera hasta la última de sus páginas.
Me gusta de ella que los personajes (ni uno se salva) caminen con “zapatos rotos”: todos tienen -por razones distintas- el corazón destrozado y esto les hace ser seres frágiles y débiles con aristas. Son un mosaico que retrata perfectamente la realidad generalizada en la que estamos embarcados (ésa en la que tanto nos cuesta curarnos las heridas).
Me gusta de ella, también, el narrador en primera persona que consigue envolverlo todo de una intimidad precisa y preciosa, y que alcanza un diálogo perfecto con el lector, que no puede evitar emocionarse (varias veces me ha pasado) con las vicisitudes de los diferentes (y, al mismo tiempo, parecidos en su tremenda soledad) personajes. El acento confesional es otro gran logro de esta novela.
Y me gusta, finalmente, el tono melodramático de toda la propuesta en el que nada es gratuito ni forzado (aunque algunos giros de la trama nos acerquen a lo culebronero: pero, ¿qué familia no tiene su propio culebrón dentro?). Es una novela que toca temas universales (la vejez, los remordimientos, la muerte, la paternidad, la enfermedad, el perdón, el derecho al dolor, las segundas oportunidades…) y los analiza sin moralinas ni edulcorantes vacuos o falsos. Todo en ella es VIDA en estado puro.
Posdata: y es una novela muy cinematográfica. Los suecos deberían hacer una serie sobre ella. Estoy seguro de que les quedaría muy bien porque aquí hay una buena historia y unos personajes extraordinarios.
Mankell fue el primer escritor nórdico contemporáneo que leí. Qué maravilla, además todas las novelas tenían su pizquita de género negro, que en el fondo es lo que más me gusta. Luego me fui comprando todos los demás, Assa Larsson, Camilla Lackberg... me encantan. Leyendo lo que dice mi guía literario preferido, más pronto que tarde me compro esta de Hennig Mankell. Gracias une autre fois, Salva,