UNA RAZÓN BRILLANTE” (Francia, 2017), de Yvan Attal
Tiene un guion para gustar a todos los públicos y recaudar billetes. Tiene una estructura previsible. Tiene todos los trucos para convencer y encantar. Y tiene la justa medida de sus componentes, colocados con pericia y técnica cinematográficas para que los engranajes encajen a la perfección. Y, pese a todo, la he disfrutado muchísimo. ¿Por qué, si normalmente este tipo de cine enlatado y precocinado me suele disgustar y hasta cabrear?
Porque tiene dos ostentosos personajes interpretados por dos actores superlativos. Y porque (y esto no puedo evitarlo) la relación entre profesor y alumna que la película cuenta me llega en varias ocasiones: quizá aún me quedan reminiscencias de aquel docente que comenzó en la enseñanza hace ahora 24 años y que creía en algunas cosas que fue perdiendo a lo largo y ancho del camino. Y estos dos personajes son entrañables, destilan un humor que me creo y que me gusta usar -y con el que suelo ser malinterpretado en muchas ocasiones, sobre todo por las redes-, y funcionan, en general, como aquellas parejas del Hollywood mítico que jugaban a base de diálogos perniciosos y muy lúcidos a ver quién ganaba la “eterna” batalla de los sexos. Sí, me ha recordado a aquellas maravillas que parió el género de la screwball comedy (sin ser una screwball comedy y salvando las distancias, claro).
CALIFICACIÓN: 6,5
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"BRUNO REIDAL. CONFESIÓN DE UN ASESINO" (Francia, 2021), de Vincent Le Port
A FAVOR:
-El fabuloso e impresionante actor protagonista, que aguanta unos primeros planos en los que noquea al espectador.
-La fuerza de un relato-confesión, que es tan seca, inclemente y feroz que va dejando un poso de desasosiego tremendo y muy efectivo.
-Su valentía a la hora de radiografiar los instintos primarios y psicópatas de un niño (luego adolescente) que son tan irrevocables como irreprimibles.
-El comienzo de la película está a una altura que luego se mantiene perfectamente hasta llegar a un demoledor final.
EN CONTRA:
-No todo el mundo va a soportar su violencia explícita en determinado momento.
A QUIÉN SE LA RECOMENDARÍA:
-A los enamorados del cine psicológico que no se corta en mostrar los mecanismos oscuros del cerebro humano.
CALIFICACIÓN: 7'5
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"A TIEMPO COMPLETO" (Francia, 2021), de Éric Gravel
A FAVOR:
-Su endiablado ritmo que metaforiza a la perfección la angustia del personaje principal.
-La banda sonora es un personaje más y dota de mayor agobio e inquietud todo lo que vive y soporta la heroína cotidiana.
-Laure Calamy, una actriz que se entrega con naturalidad para regalarnos una maravillosa interpretación.
-Aunque el tema no sea fundamentalmente el de la reivindicación feminista, por detrás de todo lo narrado hay un pertinente alegato muy lejos de los panfletos manipulativos.
EN CONTRA:
-La propia angustia que genera la historia de la película que, quizá, no la aguante todo tipo de espectador.
A QUIÉN SE LA RECOMENDARÍA:
-A todo buen cinéfilo y a a todo el mundo en general, pues aquí hay un buen retrato de la ansiedad contemporánea generada por los trabajos precarios con sueldos que no permiten llegar a fin de mes a muchas familias disfuncionales.
MI CALIFICACIÓN: 8
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“GRACIAS A DIOS” (Francia, 2019), de François Ozon
Basada en el caso real sobre un sacerdote de la Diócesis de Lyon que fue acusado de abusar de varias decenas de niños, el director francés opta por regalarnos una película en la que relatar (en lugar de investigar o revelar) desde un punto de vista aséptico se convierte en su principal hallazgo y en su principal movimiento de identidad. Esa frialdad (que no lo es en absoluto) con la que los hechos son retratados, poniéndose en el lugar de las víctimas 30 años después y sin bucear en el morbo ni dar lugar a las especulaciones, convierten esta película (necesaria y valiente) en una oda al compromiso de un arte puesto al servicio de la verdad.
Duelen esos personajes heridos, duelen sus contradicciones, sus emociones confundidas y alteradas, duelen sus vidas marcadas. Y emociona esa manera de verlos como si fueran una única voz desde diferentes ángulos y perspectivas, con lo que la película gana en solvencia, hondura y aridez. Y el espectador, pese a los 137 minutos de duración, no se mueve del asiento, aunque se reconcoma por dentro, molesto por lo que imagina y lo que percibe. Y sale de la sala conmovido y enrabietado; y constatando, una vez más, el poder de algunas instituciones. Pero, también, que existan valientes capaces de enfrentarse a ese poder.
Ozon nos regala su película (aparentemente) menos suya. Pero sigue demostrando su puntillismo con esa mirada incisiva y punzante que le suele caracterizar, aquí reinventando sus propios tonos desde perspectivas diferentes.
CALIFICACIÓN: 7,5
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