"A CUATRO PATAS", de Miranda July
- salva-robles
- hace 2 días
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“A CUATRO PATAS”, de Miranda July
AÑO: 2024
PÁGINAS: 384
GÉNERO: novela
Me ha pasado algo curioso con esta novela: he tenido que quitarme algunos prejuicios que ni siquiera sabía que tenía. Prejuicios sobre el nuevo tipo de relaciones sexuales que se están dando igual desde siempre, pero ahora se les da visibilidad y me parece perfecto. En este sentido, la novela de la July está anclada muy bien en el universo del hoy, ese universo que vemos por redes donde todos dan una imagen perfecta de sus vidas perfectas y maravillosas, aunque en la novela las redes no sean relevantes, pero el personaje central parece extraído de una de ellas: un personaje que parece que conocemos sin conocerlo en realidad, como tantos otros que nos aparecen en las pantallas cuando abrimos, por ejemplo, Instagram.
La protagonista es una mujer de 45 años que lleva felizmente casada 16. Su vida de artista reconocida es sosegada, ella cree sentirse plenamente realizada, hasta que un día toma una decisión (hacer un viaje sola cruzando EE.UU.) y eso la lleva a tomar otra aún más drástica: quedarse en un hotel sin decir nada a nadie y, en realidad, no realizar ese viaje. Una decisión imprevista, que le surge sin premeditación, simplemente lo hace y a partir de ahí se derivan todas las situaciones que van a ir pasando en sus alrededores, hasta el punto de replantearse su vida. La perimenopausia tendrá mucho que ver en sus disposiciones, sus contextos y hasta pensamientos. En realidad, toda la novela girará en torno a las circunstancias psicológicas de una mujer que, de pronto, descubre que todo va a cambiar debido a su nuevo estado físico, repleto de cambios para los que no está preparada. La novela describe toda esa transición en su cuerpo, en sus emociones y en sus circunstancias vitales, que van a tomar ritmos y caminos muy diferentes a los transitados hasta ahora.
Miranda July es una escritora divertida, sin complejos a la hora de tomar decisiones narrativas, valiente y clara en todo lo que cuenta y, particularmente, en las escenas de sexo que están a tutiplén y muy bien narradas; utiliza, asimismo, un humor descarnado muchas veces, tierno en la mayoría de escenarios y ambientes que suceden en la novela. No se corta jamás en nada, de ahí que por la narración pululen personajes extravagantes (la propia protagonista, por ejemplo) y, lo mejor, es que la autora les da cancha libre y estos actúan con una libertad sorprendente, muy moderna, muy del hoy, tanto que a mí me descoloca y me divierte a partes iguales. Y no porque yo me crea alguien convencional, pero quizá sin yo saberlo lo soy en muchas de mis decisiones inconscientes. Así, el lector asiste a una serie de “aventuras/situaciones” que en otro escritor quedarían ridículas y que a Miranda July le salen naturales, esperpénticas muchas veces, pero bien incrustadas en la vida corriente de esa mujer especial, en tránsito y descolocada en un mundo múltiple y repleto de posibilidades.
Sin embargo, todo lo que narra la autora y todo lo que le sucede a su personajazo central (de verdad que es un gran personaje, como todos los secundarios que la rodean: lo mejor, sin duda, de esta novela es la galería de seres variopintos y singulares), en el fondo y en la superficie, no es nada extraordinario o fuera de lo común, porque lo que cuenta es algo universal: ese extravío hormonal, físico y psicológico que sufren las mujeres a determinada edad, pero la autora estadounidense logra sorprender siempre en un maravilloso equilibrio entre lo que se sabe y lo que se descubre, entre la verdad inapelable y la experiencia personal de cada uno (en este caso, su propio personaje central, que no es sino una profunda emigración hacia la liberación personal). No hay complejos a la hora de describir emociones o situaciones y lo que realmente narra la novela es un viaje interior, tan explícito sexualmente como desgarrador y divertido. Un viaje que profundiza con rigor y dureza a la hora de abordar los estragos del tiempo en las almas y cuerpos femeninos. ¿Es una novela feminista? Lo es, por supuesto. Pero es, sobre todo, una novela sobre mujeres liberadas que toman las riendas de sus vidas y no se conforman.
Aquí dentro las relaciones sexuales, el sexo en todo su esplendor, metaforizan esas búsquedas y esas inquietudes que nos permiten o bien atarnos, o bien ser completamente libres. Y de eso se trata, de bucear y buscar (para ojalá encontrarlo) nuestro lugar en el mundo.
Una novela fresca, ágil, más profunda de lo que su envoltorio narrativo sugiere, que, sobre todo, no se corta jamás a la hora de describir situaciones o de poner a sus personajes en coyunturas y pormenores; y una novela que no teme jamás al ridículo pues es osada en exponer el temblor humano metido en las más anodinas cotidianidades y sacarle fertilidad y exuberancias temáticas. Y es desde ese temblor desde donde acontecen en la novela las mejores situaciones que ponen en cuestionamiento nuestras emociones y sentimientos. Porque la vida nos convierte en seres vulnerables y, no obstante, hay veces que hay que atreverse a perder el control para encontrar nuestro camino.
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