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"ACTOS HUMANOS", de Han Kang
AÑO: 2014
PÁGINAS: 208
GÉNERO: novela
“Algunos recuerdos nunca se curan. En lugar de atenuarse
con el paso del tiempo, esos recuerdos se convierten
en las únicas cosas que quedan atrás
cuando todo lo demás se desgasta”.
En mayo de 1980 la ciudad de Gwangju (ciudad natal de la autora) se subleva para protestar contra la dictadura militar de Corea del Sur. El ejército surcoreano sofocó esa revuelta estudiantil universitaria (amparada por sindicatos y el resto de la población y que exigía mayores libertades democráticas) que provocó miles de muertos. Fue una masacre (se estima que murieron 2000 civiles durante cinco terribles días) por parte de un ejército implacable que ejerció una dureza extrema e indiscriminada disparando sin distinción a la población civil.
La novela de Kang revive todos esos sucesos desde el punto de vista de siete personajes que los vivieron y/o soportaron de diferentes formas. Es decir, la autora da voz a las víctimas de ese terrible hecho histórico que soportaron y vivieron la tortura, el martirio de no encontrar a sus familiares fallecidos, los miedos múltiples o el recuerdo punzante crónico. Así, desde esta polifonía de voces, el lector se topa con una autopsia psicológica tremenda que no escatima nada a la hora de representar el dolor, la impotencia y las injusticias cometidas. Esa autopsia está analizada también desde diferentes tiempos, pues los saltos temporales abarcan 40 años (así se metaforiza también cómo las consecuencias de lo sucedido arrastran a las víctimas durante toda su vida, pues hechos así dejan secuelas crónicas). Kang nos recuerda, al mismo tiempo, que hay actos humanos que no deben silenciarse. Su novela se convierte, de esta manera, en un acto de justicia poética y en una denuncia necesaria y valiente. Es una novela que paga un precio emocional muy grande y que el lector que yo he sido la ha leído conmocionado, con rabia infinita y sintiendo alterada la conciencia. Porque, en realidad, Kang parece que nos pregunta en cada página sobre qué es la humanidad y, de nuevo, como ocurre en las otras dos novelas que he leído de ella tras ganar el Nobel, no encontramos respuestas ya que no es lo que le interesa a la escritora, que respalda a los silenciados dándoles voz y, al mismo tiempo, acusa y denuncia para obligarnos a reflexionar.
Pese a todo lo que he dicho y que resulta tremendo, angustioso y desasosegante, la novela está plagada toda ella de un lenguaje poderoso en su delicadeza narrativa, que vibra en profundidades y se convierte en testimonio irrefutable sobre verdades humanas que desgarran mientras muestra, a la vez, cómo los seres humanos somos capaces de la ternura y de la crueldad más infame. La prosa de Kang es en este libro el trazado lingüístico de los traumas y, al mismo tiempo, es una hermosísima exposición (por lo que tiene de clarividente) de la precariedad e inconsistencia humanas. Somos frágiles por naturaleza. Y, en mitad del horror, la lírica estalla en la resistencia de los seres humanos que, en medio de la consternación, también son capaces de la solidaridad, la lucha o la hermandad como armas poderosas para sobrevivir.
Es una novela brillante, de prosa transparente y directa. Una obra que encoleriza y nos crispa para que nos sintamos obligados a repasar algunos hechos históricos y así reflexionemos sobre ellos. Solo de esta manera será, quizá, posible no repetir los acontecimientos deleznables e inhumanos. A mí me ha conmovido hasta el tuétano. Y me sigue pareciendo esta autora, después de tres libros suyos leídos, una inmensa artista de la palabra que traza historias y construye personajes con una humildad espectacular que no está exenta de significados poderosos y de intenciones subterráneas muy sutiles. Es, desde luego, una escritora apegada al hoy y al ser humano, al que desmenuza y comprende, pero del que también extrae sus contradicciones y sus desperfectos. Lo mejor de Kang es cómo extrae de las grietas de la vida contemporánea palabras que repican con ecos universales y que subrayan las experiencias humanas, en este caso incluso más allá del hecho histórico del que parte su novela. Un libro importante, espléndido, inconmensurable en logros.
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