top of page
  • salva-robles

“AFTERSUN” (Reino Unido, 2022), de Charlotte Wells



Esto es una opera prima. Y es una maravilla. Un talento detrás de la cámara y el mismo talento escribiendo el guion. ¿Se puede rodar con imágenes un poema? Se puede y este talento de mujer lo logra con sutiliza y una preciosísima madurez emocional que extraña y cautiva en una película de una novata.

¿De qué va? De muchas cosas, todas sugeridas, ninguna puesta con nitidez dentro de la pantalla. Lo interesante es cómo llega a emocionar con una imaginación copiosa y muy personal, cómo llega a inquietarnos anímicamente con escenas sensibles y afectivas que están más en lo que imaginamos y en lo que se sugiere, que en la imagen palpable que tenemos frente a nuestros ojos mientras la vemos. Es algo así como trascender la pantalla y empaparnos de reverberaciones, algo que parece imposible y esta directora lo logra.

La paternidad después de un divorcio, el vacío tras la pérdida y la memoria selectiva recordando momentos especiales, podrían ser los temas centrales de la trama que no existe o existe trascendida y como auscultada en algo que no podríamos contar con principio, nudo y desenlace. Dentro de la película lo que más claro me queda es cómo indaga y examina ese precipicio que existe siempre entre padres e hijos, aquí una niña y un padre joven. Mientras las imágenes avanzan con parsimonia y como en silencio (aunque se oigan sonidos y diálogos entre los dos protagonistas), el estremecimiento se va apoderando poco a poco, porque uno no entiende, pero comprende (no sé explicarlo mejor, porque esto es una película que hay que experimentarla para entenderla o, mejor, para sentirla). Da igual que no haya respuestas, eso que echa uno de menos al final, la pantalla te lo reembolsa en talento y una elegancia como ligera y captada casi sin esfuerzo (algo que no es real, porque el talento inunda la pantalla y el talento requiere atrevimiento).

Y por si fuera poco, hay una química gigantesca entre los dos actores que protagonizan casi todas las imágenes. A él ya lo conocía de la estupendísima serie “NORMAL PEOPLE” (que me entusiasmó hace un año) y aquí vuelve a bordar un personaje oscuro y ambiguo, pero tan encantador como atractivo en miradas profundas y movimientos corporales sutiles y expresivos. Y ella, la niña, es un portento de naturalidad. Ambos logran toneladas de empatía y nos regalan escenas grandiosas, tan hermosas que emocionan muchísimo. Pocas veces he visto yo captada la tristeza así, como sin parecer tristeza, pero siéndolo en cuanto la procesas en muchas cosas que la película te está mostrando.

Lo dicho, a esta directora hay que seguirle la carrera que espero que le dejen tener. Yo, desde luego, estaré atento y expectante.

38 visualizaciones1 comentario

Entradas Recientes

Ver todo
Publicar: Blog2_Post
bottom of page