
EN SERIE
“AMERICAN PRIMEVAL (ÉRASE UNA VEZ EL OESTE)”, miniserie, 6 episodios
Digamos desde el principio que esta miniserie potentísima lo único malo que tiene es el horroroso título en español que le han colocado las cabezas pensantes (es un decir) que cobran por traducir títulos de obras extranjeras: ¿qué pasa por esas cabezas al colocar la traducción? ¿Nadie les llama la atención o los amenazan con quitarles algo del sueldo ante tamaña aberración?
Bromas aparte (es un decir), la apuesta televisiva es portentosa en varios aspectos, sobre todo en los técnicos y en la dirección, que nos regalan una serie que es toda ella un experimento artístico en el que la visceralidad toma el mando para brindarnos una oscura, violenta y luctuosa radiografía del salvaje oeste en la que el contexto hace una mixtura entre los mormones, el ejército americano, los indios nativos y los colonizadores que despachan entre todos una cruzada (muy beligerante, iracunda y muy agresiva) por la supervivencia y la supremacía. Así, la pantalla se llena continuamente de escenas rodadas con un arrebato visual pasmoso y que tienen internamente un atrevimiento inusual montado con sabiduría y arte a espuertas. Hay momentos difíciles de soportar, todo hay que decirlo, tal es la perfecta coreografía de los elementos técnicos cinematográficos más importantes. De esta manera, el espectador asiste (muchas veces anonadado) a una “belleza” sucia, triste o espantosa por la monstruosidad que revelan las imágenes.
No sé si históricamente es muy veraz lo que se muestra, casi con toda seguridad se habrán tomado algunas licencias los guionistas. Pero el resultado es, cuando menos, impactante. Y ya que hablamos de guion, solo un pero a la miniserie: algunos personajes no están bien esbozados o son demasiado planos (eso sí, los actores que los interpretan están todos magníficos) y en la parte final la trama central se edulcora quizá un pelín demasiado, aunque puedo entender que los pensadores de la trama hayan querido darles un respiro a los seres que han sufrido tanto previamente. Pero a mí, después de toda esa escalofriante violencia, como que me descoloca porque lo veo un tanto manipulador y bastante adulterado.
Pero lo dicho, es una muy buena serie, por momentos extraordinaria. Me ha entretenido muchísimo (la acción tiene siempre un ritmo implacable que se adecúa de maravilla tanto a lo íntimo como a lo épico con sus crueldades y salvajismos) y visualmente he contemplado una fotografía que es puro arte. Y sé con toda seguridad (aunque estemos todavía en enero) que a finales del 2025 estará entre mis favoritas. Así sí, plataformas televisivas: estas apuestas engrandecen el arte visual y regalan momentos muy satisfactorios (e inolvidables) a los telespectadores.
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