Es una oferta televisiva que tiene más meollo conforme más la piensas y lo vas notando a medida que van sucediéndose los capítulos. Parte de una premisa inteligente y, aunque no lo parezca, curiosa y más actual de lo que parece: dos personas (hombre y mujer) estallan ante una situación cotidiana que los desnuda en sus fragilidades y fracturas. Porque la serie, que se disfraza de alocada comedia negra, trata temas del hoy peliagudos y que nos conciernen a todos y que muestra que nadie en la actualidad está libre de la frustración, del desencanto, de la fragilidad y de las inestabilidades emocionales que nos procuran el mundo capitalista en el que naufragamos a diario.
La serie juega con mucha agudeza (y mucho talento) al disparate y a los tonos ligeros, que son una trampa mortal porque muchos espectadores se la pueden tomar como una chorrada descomunal, cuando dentro hay una complejidad temática tratada con delicadísima madurez todo el rato.
Es verdad que la propuesta necesita encontrar el equilibrio en los primeros episodios, pero una vez logrado, se envalentona y toma vuelos absurdos en el mejor de los sentidos críticos para con el mundo de hoy. Y su humor negrísimo, sus disparates y sus personajes (que parecen extraídos de una película de los hermanos Coen, pero con rasgos asiáticos) acaban siendo el resultado de un brillante guion complejo y variadísimo en tonalidades y matices.
Sus inagotables giros, sus verborreicas acciones, sus personajes magullados, su humor negro y una puesta en escena en la que priman los ritmos endiablados, consiguen una jugada televisiva en la que el entretenimiento y la reflexión maridan a la perfección para regalarnos un placentero drama -disfrazado de alocada comedia- que habla sin tapujos de nuestra salud mental y de nuestros más usureros instintos.
Añadamos un diseño de producción sugestivo y un grupo de actores magnífico (con dos protagonistas inmensos: Steven Yeun y Ali Wong). Y, de esta manera, el espectador se encuentra una miniserie atrevida, diferente, que nunca muestra aprensión ni recelo para bañarse en ciénagas desagradables sobre los comportamientos humanos en situaciones límite.
CALIFICACIÓN: 8,5