(Temporada 1, 9 episodios)
Marvel se reinventa a lo grande. Qué maravilla de serie: el guion rediseña, refunde y convierte la estética y la idiosincrasia “marveliana” en otra cosa. Para los adictos, puede que los tres primeros episodios les confundan, y así está hecho aposta. Para los que se acerquen a esto sin saber nada, después del episodio 3 pueden quedar decepcionados o sorprendidos por el gran giro que toma la propuesta. Pero es imposible no aclamar su estética, su diseño de producción, los efectos especiales, a los actores (todos) y, sobre todo, a la imaginación de los guiones.
Es una serie-fusión: aquí dentro se compenetran a la perfección (en un matrimonio prodigioso e imprevisto) las comedias de situación -desde los años 60 hasta la actualidad- y el cine de acción a lo Marvel. El resultado es tan extraño como inesperado y esta es su gracia y su atractivo. En este sentido, Marvel maravilla por su codicia y apetito creativos. Hay ambición narrativa en los guionistas y esto se agradece muchísimo en plena época de sagas repetitivas y cine “palomitero” reiterativo y atiborrado de clichés explotados hasta el hartazgo y la desidia.
Hay que verla como lo que es: una parodia en las dos direcciones hacia las que apunta y fusiona. Si eres capaz de entender y apreciar esto, no lo dudes: esta serie la vas a disfrutar. Yo me lo he pasado pipa.