AÑO: 2021
PÁGINAS: 138
GÉNERO: novela
He leído esta novela por casualidad, no había oído nada sobre ella y eso que la edición que me he comprado es la 46ª. Es decir, un éxito rotundo. Y al leerla he comprendido por qué.
Es uno de esos libros puñetazos. Este año he leído otros que me han producido la misma doble emoción: la de leer una buena novela y la de sentir esa brutalidad de seres humanos en la que nos hemos convertido en esta era de preapocalipsis que protagonizamos. Esas novelas son espejo y producto de la realidad y de la violencia descarnada que vivimos y padecemos dentro de ella. Me refiero a "SULFURO", de Fernanda García Lao (un noveloncio descomunal) y "MALASANTA" de Antonio Tocornal (otra novela impresionante en su tremendismo desolador). Y ahora leo esta "CARCOMA" y mi mente las emparenta, aunque las tres sean, al mismo tiempo, tan diferentes o quizá no tanto.
Hay en la novela de Layla Martínez una herencia narrativa que proviene del “LAZARILLO” y que llega al siglo XX con "LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE”, de Cela si hablamos de legado tremendista en la novela española y, por tanto, de mucha crudeza en la narración y en la trama. Pero también hay en “CARCOMA” una casa (heredera de la narración gótica) que parece encantada y en la que vive una familia maldita con muertos incluidos y que nos describe esa España que no suele aparecer en los libros de Historia, la España Vacía de la que tanto se habla ahora, una España que ha dejado en las trincheras de la supervivencia a tantas mujeres destrozadas, escarnecidas o directamente vilipendiadas por el violento heteropatriarcado.
La casa que aparece como espacio principal (y casi único) se convierte en la narración de Layla Martínez en un cuerpo con vida propia y que vocifera a su manera las quejas contra las dos habitantes (abuela y nieta con mucho pasado acuchillándolas constantemente detrás y con un presente que las ahoga aún más todavía). La descripción de los espacios, de las situaciones o los diálogos no se cortan en ser descritos y narrados con un estilo casi carente de comas para dar mayor ritmo a todo porque la vida cotidiana no para nunca. Así, el tono de la novela es siempre de denuncia sobre temas tan importantes (y, también, polémicos) como la memoria histórica, el clasismo o la violencia machista. En este sentido, “CARCOMA” es una de las novelas más directas y valientes que yo he leído nunca.
Parece increíble que esto sea la primera novela de su autora. Se le nota oficio, profundidad, sabiduría técnica y calado narrativo, cuyo principal hallazgo es el uso del terror, que siempre aparece metaforizado para explicar y/o denunciar las heridas sociales que llevan padeciendo las mujeres desde siempre.
He quedado prendado. Creo, muy sinceramente, que esta novela es un suceso narrativo de primer orden. No se la pierdan, ni a la autora tampoco (pienso seguirle la carrera literaria haga lo que haga, que ojalá sea mucho y pronto).
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