CINESALVATEKA
Dos películas-puñetazo provenientes de la Europa del Este. Cine social que habla muy claramente de lo poco que importa el ser humano en determinados países. Son películas necesarias, valientes, comprometidas, nada demagógicas y sí muy mordaces en sus retratos sociales. Ambas muy en la línea del cine de los hermanos Dardenne.
“OLEG” (Letonia, 2019), de Juris Kursietis
Inmigración, drama social y mafia se dan la mano en una película cuyo guion es, primordialmente, lo mejor de toda la propuesta. Aunque falle en esa parte metafórica donde mete, con calzador, un asunto religioso.
Es triste el desaliento que respira el protagonista en su periplo, pero el guion nos guarda escenas cómicas (toda esa parte en la que se cuela en una fiesta para comer y beber gratis, por ejemplo) mientras hace un retrato absurdo de la existencia que rodea al personaje principal y al que le ha tocado vivir en esa Europa que no vemos, tan brutal como injusta y, sobre todo, sórdida en su aceptación y propagación de una nueva manera de esclavizar a los inmigrantes que sobreviven (es un decir) con los trabajos ilegales.
“ALL FOR MY MOTHER” (Polonia, 2019), de Malgorzata Imielska
Entrañable y, a la vez, durísimo retrato de una adolescente de 17 años atrapada por un sistema y una sociedad disfuncional y decididamente corrupta, sucia y degradante, en la que los menores sufren las consecuencias de adultos que dejan mucho que desear.
Emociona ese ímpetu y lucha constantes, pese a los puñetazos que todo y todos le van dando, de la adolescente, empeñada en dos sueños: encontrar a su madre (que la abandonó) y jugar los juegos olímpicos como atleta (un sueño tan irreal como esperanzador para ella).
Directa, nada manipuladora, con la cámara encima de la protagonista todo el rato, la película es una denuncia de muchas cosas latentes en esa Europa mezquina, miserable y desalentadora.
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