AÑO: 2020
PÁGINAS: 208
GÉNERO: novela
Es una novela construida a base de fragmentos que le otorgan una agilidad y un ritmo maravillosos. Esos fragmentos también ofrecen la posibilidad de edificar en la psique del lector una polifonía de elementos que, a base de dispersiones, logran un conjunto que vincula a los personajes (aquí una narradora principal y una galería no muy amplia de secundarios) con el mundo en mitad de sus cotidianidades. Porque la novela es una catarata del hoy y de unos interlocutores sobreviviendo en él. Así, sin que apenas lo parezca, pero al leer se va sumando y desarrollando el argumento, dentro de sus escasas 208 páginas se habla del enfermo siglo XXI con una profundidad escondida y con una hondura sorprendente que emanan de varios elementos que enriquecen los significados de la ficción: el humor, la ternura, las contradicciones, la agitación política en la era Trump.
La voz narrativa elegida (una primera persona lúcida y discrepante, aunque también tierna y satírica) tiene la potencia de los interlocutores que embaucan y admiran por su sagacidad y penetración a base de afiladas opiniones. Lizzie, la protagonista, es una disertadora arrojada e intrépida que a lo largo de la novela despotricará sobre el sistema social y político, las drogas, la maternidad y muchos otros temas del hoy más burbujeante. Y el lector, poco a poco, va conectando con las exigencias de una construcción narrativa que tiene dentro mucho más de lo que aparenta. Y ese esfuerzo acaba siendo gozoso porque se topa con una novela extraordinaria, moderna y muy muy muy inteligente.
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