DOS PELÍCULAS NOTABLES Y MUY INTERESANTES
- salva-robles
- hace 2 días
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1.- “IN THE SUMMERS” (EE.UU., 2024), de Alessandra Lacorazza
Parece mentira que esto sea la opera prima de una cineasta. La película destila poesía e inteligencia a raudales y un uso de las elipsis que es pura profundidad en eso de captar y narrar sin necesidad de contarlo todo. Es una obra en la que duelen más las cosas que se piensan o se callan y no se ven, que todo lo explícito que muestra la pantalla.
Todo en ella es una elegía visual en la que se narra con delicadeza poética la relación en el tiempo de un padre con sus dos hijas. La cámara nos regala un tsunami de sinceridad en el que la sugerencia se erige como estandarte de todas las profundidades que atesora la película. Todo el rato vemos estallar una humanidad a borbotones en el cúmulo de bellísimos matices emocionales que van surgiendo, escena a escena, dentro de la pantalla, mientras el inexorable paso del tiempo queda atrapado como un cuadro exaltado de insinuaciones y perspicacias narrativas.
Todo dentro de ella emociona. Emocionan las miradas calladas; emocionan las incomodidades de los personajes; emociona ese viaje hacia el perdón y la aceptación de que la vida, a veces, no puede ser de otra manera; y emociona muchísimo cómo cada detalle es pura realidad y desde esa realidad saltan las verdades como puños. Nunca los silencios han gritado tanto como en esta sincera y hermosísima película.
2.- "LES CHAMBRES ROUGES (LAS HABITACIONES ROJAS)" (Canadá, 2023), de Pascal Plante
Qué película más intensa en su turbadora frialdad expositiva y en los meandros psicológicos por los que se atreve a entrar. Y qué buena es en eso de reinventar el thriller. En el fondo, esta obra es una terrorífica radiografía de los peligros que hay dentro de la red de internet. Y uno piensa mientras la ve: qué miedo que esto, en el fondo, sea verdad y exista y suceda a diario.
Lo más inquietante de la película es cómo su “supuesta” insensibilidad (la cámara siempre parece recogerlo todo con un desapego y una indolencia inquebrantables) acaba siendo su principal arma para crear una atmósfera enfermiza en la que la tensión va creciendo inexorable, creando una angustia gigantesca en el espectador. Qué horror todo lo que hay detrás de lo que no vemos y qué horror mirar a esos personajes que se adentran en el horror con mirada voyerista y enfermiza perversión.
Además, la película presenta una factura técnica y un estilo visual impecables, donde la fotografía amenazadora crea una atmósfera que va siendo cada vez más irrespirable y opresiva para el espectador. Y qué actriz protagonista tiene dentro: qué mirada más turbadora y qué personajazo le han regalado que ella aprovecha para brillar con oleadas de cinismo, vulnerabilidad o fuerza inquebrantable. Un personaje que es de los más espeluznantes y ambiguos que yo me he topado nunca en el cine.
Película muy en la onda temática de la “TESIS” de Alejandro Amenábar. Aunque aquí yo veo una obra cinematográfica mucho más elegante y sofisticada, pero ambas comparten eso de ser la plasmación de una pesadilla enajenada y delirante. De esas películas que perturban tanto que es imposible sacártelas de la cabeza en mucho tiempo o quizá nunca.
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