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DOS PELÍCULAS PARA EL TALENTO DE JESSICA CHASTAIN


EL AÑO MÁS VIOLENTO” (USA, 2014), de J.C. Chandor


Excelente película. ¿A qué género pertenece? ¿Es un thriller, un melodrama, cine político? No sabría etiquetarla, pero en cualquier caso me parece un soberbio retrato de las dificultades que un hombre íntegro tiene para sobrevivir en un mundo donde la corrupción y el arribismo son los motores que lo zarandean todo.

Los personajes se mueven continuamente (el protagonista, sobre todo), y en esos movimientos los vamos descubriendo. ¡Qué grandes personajes son el matrimonio protagonista! El de la inmensa Jessica Chastain (sigue imparable esta actriz asombrosa) está tan bien escrito que termina dando más miedo que el mismísimo terror en persona.

Me gusta todo: atmósfera, fotografía, ritmo narrativo y unos diálogos que muy bien podrían estar escritos por mi admirado Benjamin Black de tan puros y perfectos, además de mortíferos y devastadores. Y en la película hay varias secuencias absolutamente memorables.

Es la tercera película de J. C. Chandor (además de ser el guionista) y ya se ha convertido en un artista con mucho que contar y, sobre todo, con estilo propio para saber cómo quiere contar lo que se trae entre manos en cada una de las tres ocasiones. A Sidney Lumet le ha nacido “un hijo cinematográfico” que ha sabido mamar a las mil maravillas de la teta de “su padre”. ¡Uffff!


LA SEÑORITA JULIA” (Noruega, Reino Unido, 2014), de Liv Ullmann.


Basada en la inmortal obra teatral de Strindberg, la película rebosa intelectualidad y conocimiento sobre el autor y sus pretensiones al escribirla. Tiene a tres actores inmensos y absolutamente entregados a los roles de una manera que te pone los pelos de punta, sobre todo la admirable Jessica Chastain (para mí, uno de los mejores talentos que hay ahora mismo en las pantallas). Pero, al igual que pasa con la obra original, la película de Liv Ullmann no es fácil digerirla ni es apta para todo tipo de público. El traslado a la pantalla adolece de cierta frialdad y se hacen excesivamente largos sus 124 minutos. No obstante, la lucha de clases y de poderes con la manipulación psicológica de por medio y el absoluto conocimiento de los más bajos instintos del ser humano –con la misoginia en estado latente– que son marca de la casa del autor sueco, quedan afinadamente expresados. Qué ganas tenía de verla. Justo ahora mismo en mis clases de literatura universal estoy con el tema (lo empecé a explicar el viernes) del Teatro moderno europeo con Chéjov, Ibsen y Strindberg. Me ha venido bien refrescar el contenido temático de la obra dramática de August Strindberg, un escritor que descubrí sólo hace unos años y con el que estoy decididamente entusiasmado.

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