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"EL DESORDEN DE TU NOMBRE", de Juan José Millás


“EL DESORDEN DE TU NOMBRE”, de Juan José Millás

AÑO: 1988

PÁGINAS: 172

GÉNERO: novela

 

¿Qué es “EL DESORDEN DE TU NOMBRE” en la ya amplia carrera literaria de Millás? Para mí es su primera obra maestra. Y una de las mejores novelas españolas de los 80. Una novela compendio de muchas cosas y un buen ejemplo para entender el estilo, la temática y las intenciones de un escritor gigante con las ideas muy claras sobre lo que quiere contar y cómo lo quiere contar. Un autor con estilo y mundo literarios propios. De esos escritores a los que distingues enseguida por cómo narran y por cómo utilizan la literatura para jugar con el lenguaje, los mecanismos básicos de la narración –que en él siempre quedan dinamitados– y el mundo que quieren mostrar. Y los distingues porque son únicos e irrepetibles.

La historia está protagonizada por un triángulo ¿amoroso? (clasicismo en este sentido, pero en Millás siempre se vuelve todo del revés) de personajes magníficamente bien trazados. Personajes que viven la angustia y el desamparo del hombre contemporáneo. Los tres persiguen algo porque, aunque lo tengan todo, siempre necesitan más o no saben disfrutar con lo que tienen. En este sentido, la crítica de Millás es directa y bastante clara: la novela tiene una vigencia imperecedera, pero en los tiempos que corren de corrupción y de políticos arribistas y desarmados aún todavía es más oportuna. Los tres personajes centrales (amorales a más no poder, oscuros y miserables, pero a la vez tan humanos) son perfectos ejemplos de la sociedad que ahoga a los hombres y que los convierte en extraños de sí mismos. Seres desamparados que viven su propia soledad con la ceguera del egotismo como bandera.

Pero hay algo más en esta “opera magna”, algo que la convierte en un clásico imprescindible de la novela española contemporánea: el juego metafictivo (narración dentro de la narración) que se torna en auténtico protagonista a través de un narrador heterodiégetico que vive a su manera también la angustia de los propios personajes que describe. Es decir, el narrador se convierte en un personaje más que juega con el lector como le da la gana. Y el lector asiste (atónito y definitivamente engatusado), mientras va leyendo, a la propia construcción de la novela que tiene en sus manos, una novela que lee a la vez que nace, una novela que avanza a la vez que se pasan las páginas y una novela que se acaba a la misma vez que la novela que hemos terminado de leer. Para que se entienda: el lector lee una novela que es la historia de una novela que se va escribiendo a la misma vez que se lee. ¡Puffff! Dicho así, parece un galimatías. Pero no lo es. Porque mientras se la va leyendo, el lector permanece hipnotizado por la trama casi detectivesca que protagonizan Julio Orgaz, su amante Laura y el marido de ésta, Carlos Rodó. Y Millás logra de manera magistral que el propio lector sea cómplice de lo que está ocurriendo.

Una pasada. Y me quedo corto.

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