TÍTULO: “EL FINAL DEL AFFAIRE”
AUTOR: Graham Greene
AÑO: 1951
PÁGINAS: 340
GÉNERO: novela
La novela empieza así: “Una historia no tiene comienzo ni fin: arbitrariamente uno elige el momento de la experiencia desde el cual mira hacia atrás o hacia delante”. La historia que se “inventa” Graham Greene está marcada por el odio y los celos que siente el protagonista a raíz de convertirse en amante de una mujer casada en plena segunda guerra mundial. Ese odio y esos celos marcarán las vidas de varios personajes que están trazados con la habitual maestría de este escritor extraño, pero siempre sublime. Como lector no puedes sustraerte al hecho de menospreciar, juzgar y comprender a las criaturas que aparecen entre las páginas.
Bendrix (protagonista de la novela) es una criatura literaria grandiosa que se hace dueño de la historia y la manipula a su antojo. Es aquí, en la estructura de la obra (con sutilísimos saltos temporales que logran el prodigio de que el pasado reciente esté constantemente presente en la vida de los personajes), donde Greene muestra una destreza fantástica, pues consigue sorprender cada dos por tres a través de las diferentes perspectivas que muestra, logrando con ello que el lector no se decante nunca por ninguno de los personajes y los entienda a todos. Sublime la descripción de los celos de Bendrix (hacia el esposo, hacia cualquier hombre que haya tocado a Sarah Miles y, finalmente, hacia Dios, que es a quien termina culpando el protagonista cuando conoce hechos que no sabía. Así, la dimensión religiosa que acaba teniendo la novela lo convierte todo en una trama espiritual de altos vuelos).
Se bebe esta novela. Tiene un ritmo sutil e implacable, con acertadas descripciones nada cargantes y sí muy diestras en mostrar las circunstancias o las reflexiones. Y luego están los diálogos, tan certeros, que logran atrapar y describir las cárceles morales de unos seres narrativos que luchan agotadoramente entre sus actos y sus pensamientos.
Genial novela sobre la conciencia y la ansiedad del hombre en el siglo XX y que se atreve a mirar con lupa la soledad del ser humano y la lucha ineficaz de este contra la fe y las pasiones.
POSDATA: luego, tras leer la novela, no estaría mal verse la versión cinematográfica que realizó Neil Jordan en 1999 y protagonizada por unos espléndidos Julianne Moore, Ralph Fiennes y Stephen Rea. Es una excelente adaptación y una hermosa e íntima película.
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