"EL ÚNICO ANIMAL", de Chelo Sierra
- salva-robles
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“EL ÚNICO ANIMAL”, de Chelo Sierra
AÑO: 2025
PÁGINAS: 146
GÉNERO: relatos
En todos los relatos de este libro hay una extrañeza que se va apoderando de la narración y que noquea al lector hasta el punto de incomodarlo. Una molestia que surge a través de la actualidad, pues todas las historias están apegadas al hoy, a cómo nos movemos los seres humanos en esta distopía que parece protagonizarnos y que hemos convertido en moneda común: aceptamos las incongruencias o el esperpento y a nosotros sobreviviendo en ellos. Un nosotros que, como maquinaria manipulada, navega en la inopia, en la estupidez, en la falta de empatía y en el egocentrismo más enfermizo. Así, todos los seres humanos que salen en los relatos de Chelo Sierra son producto descarnado de un hoy incómodo en el que nos comportamos como auténticos animales.
Pero no son los seres humanos los únicos animales que salen en los relatos. En cada uno, los otros animales (los de verdad según su condición anatómica y genética) establecen conexiones con los humanos para desnudarlos y mostrarlos tal y como son. La prosa, liviana y directa (y siempre mordaz) de Chelo Sierra, se agarra a la ironía como recurso principal, que es la única manera (al parecer) de aceptar el hoy para poder sobrevivir en él. Cada relato se retuerce en esa ironía y las historias se acicalan de puyas que se convierten en parodias de ese nosotros respirando ahora. Y de esta manera, el mundo ficcional que proponen las 13 historias (más un epílogo curioso y demoledor en retintín y sátira) nos devuelven una fisonomía atroz, una degradación ambiental en la que nos movemos como individuos (colectivos) polarizados, mientras respiramos incertidumbres, desigualdades y miedos imaginados que se están convirtiendo en verdades proféticas.
“EL ÚNICO ANIMAL” es, sin duda alguna, un libro embarazoso (ay, esos finales abiertos que introducen tantas posibilidades y no todas positivas), de una delicadeza disfrazada de perturbación constante que se lee encandilado y ofuscado a partes iguales. Un libro que produce miedo allá donde arroja luz sobre debates éticos que nos conciernen. Un libro que evangeliza su lectura en un espejo pertinente y demoledor sobre esa profunda y restrictiva estupidez que nos protagoniza ahora mismo. Léanlo y se darán cuenta de que Chelo Sierra se convierte, por arte de su prosa, en una profeta no solo por lo que adelanta, sino (y sobre todo) por lo que ya constata de manera inapelable e infalible: el futuro indeseable ya lo tenemos aquí y ahora mismo.




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