“ESCICHA”, de Luisa Máñez
- salva-robles
- 8 dic
- 2 Min. de lectura

“ESCICHA”, de Luisa Máñez
AÑO: 2025
PÁGINAS: 135
GÉNERO: novela
Lo primero que habría que señalar de esta novela es que sorprende (y mucho) que sea la primera obra de su autora. ¿Y por qué sorprende? Porque uno se encuentra entre sus páginas una novela potentísima, con un estilo arriesgado y tan logrado como dotado de hermosura narrativa. Aquí dentro, argumento, personajes y una prosa que parece envuelta en una especie de halo despiadado, llenan las páginas de sutilezas, de un lirismo cruel que parece arrancado de aquellas obras del tremendismo de la literatura española de posguerra que mostraban seres deshumanizados, marginales y que nos revelaban una degradación sin moralismos.
La novela de Luisa Máñez da puñetazos desde la primera frase (“Los pobres no deberíamos haber nacido”) y los golpes se suceden en un in crescendo implacable que se construye a través de una sintaxis embadurnada de expresiones inclementes y desgarradas, que dibujan un entorno repleto de asperezas y brusquedades. Los personajes se ahogan y sobreviven en lo truculento y en la fuerza telúrica de lo físico, mientras los párrafos se llenan de imágenes poderosísimas (“Las hormigas caían de sus labios y se enredaban entre los acaracolados pelos”, “Yo quiero días grises porque mi ánimo se asemeja a un cielo que ruge, que se arruga y retuerce entre nublos”, “La lengua de madre zumbaba como las alas de las abejas, y del suelo brotaron cordilleras con sus lágrimas coaguladas”). Y cada porrazo lo llena todo de una verdad poética que se apodera de una historia que podría pasar por una tragedia griega y hasta por un cuento de terror medieval situado en un espacio imaginario que se coloca en mitad de La Mancha.
Los temas van apareciendo en la novela a modo de tsunami imparable y concatenado: unos llevan a otros, como si la vida fuera una cuerda enlazada de desventuras y desgracias en la que los personajes caen infalible y fatalmente. Resarcimiento y aversión (disfrazados de venganza y odio acérrimos) toman el protagonismo entre unos personajes arrastrados por la vida, por decisiones mal elegidas y por contextos depravados que no ayudan en la supervivencia sino que, muy al contrario, los determina de forma inapelable.
“ESCICHA” es una novela implacable. Enorme en forma y resultados. Que tiene dentro una historia que no se olvida por lo que tiene de perturbadora y de poco convencional y que un lector como yo (ávido de encontrar “algo diferente”) ha saboreado con regusto embebedor. Es esta novela una obra que no encontrará su lugar en los ojos de los lectores convencionales, aviso. Sin embargo, si uno entra en ella sin remilgos y dispuesto a que lo zarandeen, se topará con un estilo narrativo singular, que paladea belleza a raudales gracias a la textura de una prosa que se transmuta en emanaciones sensoriales y visuales que son descarnada poesía. Y mientras se lee, se tiene la sensación de ver los estallidos de la vida, esa que no se cuenta en los libros de historia, pero que acaece a diario en los rincones olvidados, que es donde Luisa Máñez coloca su mirada perspicaz, insurrecta y diseccionadora para tratar de comprenderla sin prejuicios.




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