"GOLPE MAGISTRAL", de Jessica Anthony

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“GOLPE MAGISTRAL”, de Jessica Anthony

AÑO: 2024

PÁGINAS: 152

GÉNERO: novela

“Al final, Kathleen siempre llegaba a la misma conclusión:

se había casado con Virgil Beckett porque era

una persona sin complicaciones. Le sacaba cuatro dedos,

pero encajaban bien. Eran, como había comentado

una vez su amiga Patricia, fruta del mismo cuenco”.

La buena literatura americana ha abordado con frecuencia cuestiones sociales como los que atañen a la clase media y siempre regala a los lectores un profundo (y certero) análisis crítico de la naturaleza humana con sus secretos (porque la apariencia es fundamental para los que no aceptan la realidad o viven en falacias personales o en falacias impuestas por el Gran Sueño Americano, que implican frustraciones y vivir con una fachada puesta delante para que no se vean los meandros internos de esas vidas cotidianas ancladas en el fracaso o en el naufragio personal y, a veces, también colectivo).

“GOLPE MAGISTRAL” es una novela corta (152 páginas) que, como su título indica, es un soberbio puñetazo a ese sueño americano, a ese embuste o disimulo sobre el que navegan muchas vidas corrientes y que aquí Jessica Anthony (la autora) ejemplifica de manera contundente en los dos miembros de un matrimonio modélico de puertas para fuera y cuyos intestinos vamos a ir descubriendo, con asombro y regocijo lector, tal es la calidad narrativa de esta autora. Uno lee y piensa todo el rato en esos personajes creados por Arthur Miller en su inmensa y universal obra teatral “MUERTE DE UN VIAJANTE”, pues como en ella, aquí los personajes son víctimas de sí mimos, pero, y sobre todo, son víctimas de esos condicionamientos falsarios que la vida americana impone. Jessica Anthony añade, además, cómo la sociedad estadounidense silencia la ambición femenina.

La novela parte de una situación extravagante y metafórica que acrecienta la extrañeza y la contundencia de los mensajes: la esposa, un ama de casa frustrada, se mete en la piscina de la urbanización donde viven de alquiler y se niega a salir de ella. La estructura novelística juega también con una metáfora deportiva entre dos supuestos rivales: los capítulos se alternan con los puntos de vista de los dos cónyuges y el lector asiste a flashbacks o retrocesos que van describiendo la vida del matrimonio y, conforme más avanzamos, más se conocen las cloacas y mentiras de unos personajes devastados por decisiones pasadas que los han ido determinando hasta llegar a un presente en el que se sienten encarcelados e incapacitados para salir de sus propias trampas psicológicas o situacionales. Un solo día basta para destripar a un matrimonio.

Es una novela elegante que se bebe de una sentada. Que se disfruta página a página gracias a una autora que rebosa tanta inteligencia que parece descubrirnos nuevas averiguaciones sobre la institución matrimonial y lo logra con una exquisita economía verbal que todavía produce más satisfacción lectora. Por sus páginas hay reminiscencias cheeverianas, he intuido también rasgos richardfordianos en esos personajes que parecen llegar ecuánimemente al final de un desplazamiento, con sus vidas fracasadas a la deriva y circunvalando a diario por un despeñadero. 

“GOLPE MAGISTRAL” acaba siendo una novela intensísima, tan divertida (pese a lo que cuenta, hay dentro de ella un humor negro que marida perfectamente con el drama aceleradísimo que estalla poco a poco) como fascinadora en esa vivisección de la vida privada que hace de unos seres humanos que parecen arrastrar una terrible ausencia de valores o el desaliento/desengaño de unas ruinas vitales sin tragedia, como normalizado y aceptado todo y de ahí vienen, claro, las inmensidades profundas de vivir en el pecado cotidiano de aceptar la desmoralización mientras se respira tristeza. Es el personaje femenino quien, de pronto, pone consciencia en esa congoja y desconsuelo y parece que toma las riendas metiéndose en una piscina (negándose a salir de ella) para rebelarse ante el mundo gris que la rodea y, quizá, para hacer un intento de cambio en sus destinos. Otra cosa es que la sociedad la deje hacerlo.  

“Si su vida con Virgil hasta la fecha era

una mentira irrecuperable, entonces todos

sus recuerdos también lo eran”.