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HOMENAJE A JAVIER MARÍAS EN EL SEGUNDO ANIVERSARIO DE SU MUERTE


Hoy es el segundo aniversario de la muerte de Javier Marías, uno de los escritores más importantes de mi vida lectora. Para conmemorar su recuerdo os traigo a mi blog dos reseñas que escribí en 2015 y 2017, que fue cuando salieron publicadas, respectivamente, ambas novelas. Las dos pecan de lo mismo: necesitan una buena poda porque les sobran páginas (algo que a Marías le ocurrió en sus últimos libros, por cierto). Pero este hándicap no estorba para percatarse de que ambas novelas son dos portentosos armarios literarios de primer orden. Es verdad que yo prefiero (es un decir, porque me gusta toda su producción y siempre lo he disfrutado como autor) sus obras "CORAZÓN TAN BLANCO" y, sobre todo (siento debilidad por ella), "MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MÍ", pero es innegable que el resto de su producción narrativa está muy arriba el el pódium de mis escritores favoritos.

 

PÁGINA A PÁGINA 2015

 

“ASÍ EMPIEZA LO MALO” (2014), de Javier Marías

AÑO: 2014

PÁGINAS: 534

GÉNERO: novela

 

Pasar tiempo en compañía de Javier Marías es (desde mi época universitaria cuando lo leí yo por primera vez –me inicié en su literatura con “CORAZÓN TAN BLANCO”–) de las grandes cosas que vivo como lector cada vez que publica nuevo libro. Cuando lo hace, sé que me toca sentarme (tumbado es como mejor leo y como más me gusta hacerlo) con tranquilidad y rodearme de silencio y largo tiempo libre. Su prosa profunda, precisa, morosa y tan intensa requiere unas condiciones de lectura propias. Lápiz con doble punta azul y roja en una mano, para subrayar. Hay siempre oraciones, párrafos, fragmentos que son memorables que merecen la pena ser releídos, pensados, degustados y desarmados (mentalmente) para llegar al meollo penetrante que se esconde invariablemente en ellos. Y lo más importante: hay que prepararse, con mentalidad convencida, para estar dispuesto (es una obligación) a recibir varias conmociones o sacudidas frente al paredón de sus páginas: uno tiene que saber, de antemano, que con Javier Marías vas a ser acuchillado varias veces (sí, varias veces) dentro de una novela suya. Y que cuando la terminas de leer, tú ya no eres la misma persona que cuando abriste el libro. Esto también hay que aceptarlo porque es otro compromiso que debes firmar en un convenio previo que exige toda novela de este escritor. Notificados quedan los que nunca se han acercado (por el motivo que sea) a la literatura de este grande de las letras españolas.

Dos cosas importantes sobre “ASÍ EMPIEZA LO MALO”: la primera, y que me ha tenido en varios momentos intranquilo, nervioso, mosqueado y yo diría que hasta perplejo es que, por primera vez según mi subjetiva opinión, a una novela de Javier Marías le sobran páginas. Y muchas. La novela tiene 534 y con 150 menos la historia hubiera tenido suficiente para ser una obra redonda. Para mí esto es importante porque me ha distraído. Y porque me ha cansado en muchos momentos, con lo que la lectura no ha sido tan placentera como habitualmente me ha ocurrido con él. Hay un personaje (el profesor Rico, que vive y existe en la realidad) que sobra absolutamente; no entiendo esta descomedida interposición de meter a un personaje (claramente paródico y quizás –yo no lo sé porque no estoy en la cabeza del autor– innecesario) que no aporta nada a la novela. Todo esto que subscribo es un hándicap importante que podría echar para atrás a muchos lectores, pero (y aquí viene mi segunda cosa importante) si el lector está predispuesto a ser paciente durante las primeras 150 páginas (uffff, sé que son muchas, pero a Javier Marías se le puede dar crédito) se va a encontrar con una seductora historia, casi “culebronera” (en el mejor de los sentidos, por supuesto), en la línea de los mejores melodramas hollywoodienses sobre matrimonios con secretos que, cuando salen a la luz, son capaces de cambiar las vidas de casi todos los personajes. Hay en Javier Marías una clara tendencia a reflexionar, discurrir y meditar (con una narrativa deslumbrante) sobre el Mal con mayúsculas. Un mal que nace, y “así empieza lo malo”, por decisiones que tomamos (o que dejamos de tomar, que afectan de igual modo) y que nos llevan a sobrellevar vidas donde la ética ha desaparecido disfrazada de una moralidad que queda en entredicho si alguien (un voyeur) está medianamente predispuesto a indagar, acarreando también las consecuencias en las que se va a ver envuelto por realizar semejante indagación. Y hay en Javier Marías –su compromiso como escritor es incuestionable– una notabilísima inclinación en pos de la verdad sobre ciertos hechos históricos o derivados de la Historia que suelen taparse (o directamente borrarse por molestos, inconvenientes e incluso vergonzosos). La mirada valiente de este narrador es una denuncia necesaria que da voz a los silencios que se nos imponen.



PÁGINA A PÁGINA 2017

 

“BERTA ISLA”, de Javier Marías

AÑO: 2017

Páginas: 544

Género: novela

 

Uno como yo, fiel a ciertos escritores, ya no se sorprende cuando se sumerge, de nuevo, en el estilo de un escritor (y Marías es de los que lo tiene muy marcado) y hasta le gusta ese estilo que, en raras ocasiones, si te gusta de verdad, suele decepcionarte. Marías es imposible que me decepcione con su estilo, aunque lleva mucho tiempo alargando en demasía sus novelas. Quizá esa esclavitud a un estilo es lo que conlleva: la fidelidad te obliga a renunciar a ciertas libertades y esto hace que el matrimonio ejemplar no sea tan perfecto como debiera (paradójicamente). Y sus novelas llevan necesitando mucho tiempo algunos cortes porque las alarga por la mitad en demasía. Es sólo el pero que le pongo a sus novelas anteriores y también a esta “BERTA ISLA” que, pese a este importante detalle, es una novela maravillosa.

Uno como yo, que vive algunas lecturas literalmente agazapado y secuestrado por ellas, no puede evitar emocionarse ante dos grandiosos personajes y ante una historia más grande que la propia vida. Aunque cuente la vida de dos seres manipulados por el destino. Un destino reescrito sin que ninguno de los dos lo sepan. Dos personajes magníficos, para mí ya inmortales, pero, aún así, elijo a Berta Isla (una nueva Penélope en pleno siglo XXI) entre los dos: su voz en primera persona (la novela alterna este narrador con otro en tercera persona) te llega, te empapa, te aprisiona, te ahoga y, claro, te emociona honda y entrañablemente. Y uno le perdona a Marías que no sepa hacer recortes en mitad de la cosa si luego es capaz de construir esas partes inicial y final en las que ambos protagonistas, pero sobre todo ella, se empecinan en convertirse en perdurables personajes que uno como lector va a recordar el resto de su vida.

Y uno como yo, que busca hondura y autenticidad y no chisporroteos o borbotones de mentira en la literatura que desea y necesita leer para sentirse tratado como un ser pensante e inteligente, sabe que está de enhorabuena cuando a Marías le da por hablar del destino (de cómo un día cualquiera, tan banal como inane, puede ser capaz de cambiar existencias enteras, de modificarlas y manipularlas a su antojo), de los secretos, de los afectos bifurcados o directamente cercenados, de la traición, de la familia…, temas que ya ha tocado otras muchas veces este escritor, sí. Pero, una vez más, aquí parecen novedosos, vírgenes, impolutos porque Marías, cuando quiere y no se le van de las manos sus pensamientos, su modo (tan lúcido) de ver y entender el mundo -como le está pasando ya muchas veces en los últimos tiempos, donde parece que escribe en estado de senilidad sus artículos periodísticos semanales- lo que hace es filosofar, poner en entredicho todo y a todos con esa manera tan única y suya de discernir, reflexionar… como muy pocos intelectuales saben hacerlo hoy día en nuestro país. Este sí, el novelista extraordinario, es el Javier Marías que necesitamos y al que apoyo y defiendo. Que quede claro.

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