top of page
  • salva-robles

"LA CASA GUCCI" (EE.UU., 2021), de Ridley Scott


Es una película soporífera y encima dura más de dos horas y media. El culebrón o folletín a lo “Falcon Crest” está contado por un guion monocorde, vacío e insulso. Es tan sosa que te importan un bledo los avatares de los personajes. No hay ritmo, ni tensión, sólo un sucedáneo de escenas que rozan en demasiadas ocasiones lo inconsistente, como rodada por alguien sin nervio, sin tacto, sin finura a la hora de radiografiar el cutrerío casposo que destila lo que se intuye detrás de la historia real en la que se basa (y mira que ver a los ricos enfangados en sus egocéntricas excentricidades mola, oigan). Da pena (y hasta rabia) que un director como Ridley Scott haya perpetrado esta cosa tan deshilvanada y de amaneramiento mal enfocado. Una de sus peores películas, sin duda.

Se pasa y no llega al mismo tiempo. Lo que falla es el tono, que nunca sabe posicionarse. Te cuenta los datos con minuciosidad, aunque sin ahondar en ellos. Se regodea en demasiadas escenas que no aportan absolutamente nada al conjunto y, finalmente, el resultado es un caos fílmico sin fuste y demasiado idiotizado. Monotonía pura.

Y luego están los actores. Cada uno con su propio sistema interpretativo y a su aire. Lo siento, Lady Gaga, no me convences y mira que parece que lo intentas, pero no me creo ni uno solo de tus gestos y menos aún ni una sola de tus frases en las que te esfuerzas por ser grandilocuente y melodramática sin lograrlo. Y mira que tenías un papel bombón, cualquier estrella actriz (no sé, quizá Jessica Chastain, u Olivia Colman, o Jodie Comer…por mencionar algunas, hubieran logrado empapar con algo de alma al bodrio de película este). A Al Pacino da grima verlo, tan exagerado e histriónico. Jared Leto luce composición extravagante para lucimiento, pero no se le ve el alma en mitad de tanta caracterización, maquillaje y disfraz. Jeremy Irons, desaprovechadísimo. Y, finalmente, lo mejor de la película: un Adam Driver muy profesional intentando dar lo mejor de sí y lo logra; sin embargo, su intento queda extraviado y desatendido en mitad de tanto sopor y de tanta decisión equivocada e insufrible. Pero es el actor del momento y sigue sabiendo escoger y estar en las películas supuestamente importantes.

A la peli se le nota el dinero morrocotudo invertido. Los petrodólares respiran por todas las esquinas. Y de nada sirve para lograr algo que sea inolvidable. Qué va, esto es cine con ínfulas sin nada, absolutamente nada que no sea bostezo, dentro.

31 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
Publicar: Blog2_Post
bottom of page