AÑO: 2023
PÁGINAS: 437
GÉNERO: novela
Raymond Carver en su libro “EL SIMPLE ARTE DE MATAR” (1950) dijo que la novela negra era la narración del mundo profesional del crimen. Con “LA RONDA”, Francisco Bescós parece que ha querido cumplir a rajatabla esa premisa carveriana. Además, su novela funciona como arquetipo providencial de este tipo de narraciones, pues cumple rigurosamente con los grandes requisitos de la novela negra y que son éstos: la resolución del misterio no tiene por qué ser lo más importante, argumentos muy violentos, ambigüedad en la división entre buenos y malos de unos personajes cuyos comportamientos se difuminan entre ambos extremos y que viven existencias en decadencia o que respiran en las derrotas mientras bucean en busca de una verdad que es todavía más ambigua que la psicología de dichos personajes. Añadamos a todo lo anterior una atmósfera irrespirable y opresiva (en la que la desconfianza, la incertidumbre, la perplejidad, la perversidad y la injusticia se convierten en temas centrales) que Francisco Bescós logra encuadrar en un Madrid de ahora que sorprende como ciudad que no parecía apta para el crimen organizado y, sin embargo, este Madrid da miedo y produce espanto a espuertas gracias a una radiografía verosímil y muy lograda en todo lo que se narra dentro de la novela.
La trama de “LA RONDA” es fascinante, adictiva. Su prosa transparente y muy cinematográfica ayuda a que el lector no pueda parar de leer, pues la tensión se palpa gracias a un ritmo vertiginoso que se disfraza en capítulos cortos que dinamizan mucho las distintas acciones que van sucediendo desde distintos puntos físicos y desde la perspectiva de los múltiples personajes. Hay un uso magistral de la omnisciencia de un narrador que parece disfrutar dando saltos de un espacio a otro o de una perspectiva a otra. Las primeras casi 200 páginas juegan desde dos frentes que el lector sabe que acabarán anexionándose y, además, este lector lo desea, lo necesita. Pero Bescós juega muy bien sus bazas y se dedica a dilatar ese momento creando una tensión que crece a medida que se suceden las páginas. A veces, uno tiene la sensación de estar dentro de una película (vamos a ponernos patrios) de Calparsoro o de Rodrigo Sorogoyen, que han sabido mamar del mejor cine de Spielberg o de Fincher y donde aventura y acción sin límites producen una elasticidad narrativa en la que tensión y sinfonía dotan de gran ritmo a todo lo que acontece. La tragedia operística se articula en rodeos narrativos que van cercando a una trama central que tarda (y esto es parte de su tensión) en congregarse como auténtica protagonista estrella (y de la que no diremos nada porque es importante aquí no hacer spoilers).
Y luego están los personajes. Bescós nos regala tres grandes protagonistas (uno de ellos no lo parece, pero lo es y va tomando identidad cada vez mayor, hasta el punto de que la novela se cierra con ese personaje). Tres protagonistas de y con peso psicológico que resultan tres seres humanos creíbles, cercanos, ambiguos. De esos que te los cruzas a diario y muy posiblemente en el ascensor de tu bloque, en la cafetería donde te tomas los churros los sábados o en el parque vigilando a sus churumbeles. Los tres caen bien y caen mal, tienen sus aristas, sus miedos, sus patologías y sus universos oscuros a rastras. La vida nunca es fácil y estos personajes son espejo de ello. Y de los tres te ríes. Porque hay en “LA RONDA” algo que perturba al principio, pero que acaba convirtiéndose en rasgo estilístico pertinente y de primer orden: el humor. El humor negro, el satírico, el descacharrante, el irónico, el absurdo, el crudo y el seco o hasta el sarcástico. Este humor deja respirar al lector en mitad de tanta sordidez, una sordidez que viene radiografiada por culpa de un mundo real (por mucha ficción que nos muestre Bescós) que es el que tenemos y protagonizamos: un mundo en decadencia, que da tumbos mientras involuciona y que sigue teniendo a unos pocos ricos/millonarios (se ve que se aburren mucho y el aburrimiento es bastante peligroso) que deciden por todos nosotros y nos manipulan y hasta matan a su libre antojo.
Advertencia: “LA RONDA” es perfecta lectura para desconectar de nuestras rutinas opresivas. Es como entrar a una sala de cine (con maravilloso aire acondicionado) en la que te van a proyectar una película de acción trepidante, de intriga de la buena y de narrativa de género thriller espectacular con catadura crítica y cierto poso social. Avisados quedan.
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