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  • salva-robles

“LA ÚNICA HISTORIA”, de Julian Barnes



Año: 2018

Páginas: 231

Género: novela

 

Así empieza esta novela: «¿Preferirías amar más y sufrir más o amar menos y sufrir menos? Creo que, en definitiva, esa es la única cuestión». Un comienzo que te plantea como lector ya varias cosas, pero la principal es esta: voy a entrar dentro de un mundo ficcional duro y en el que voy a tener que extraer reflexiones y hasta, quizás, llegar a conclusiones. Y, ¿tengo respuesta(s) para esa pregunta que se me plantea?

El gigantesco narrador de esta novela decide contar una historia de amor desde los recuerdos, pero se da cuenta (desde el principio) de que la memoria es quien elige qué recordar y qué no. Y desde esa premisa, se construye todo un relato magnífico, inteligente, modulado de manera soberbia por un tono entre melancólico y nostálgico. Y que, probablemente, ese relato sea parcial y esté sesgado porque la memoria es caprichosa.

La trama es llana, hasta humilde. Pero Barnes la convierte, desde esa sabiduría vital que gasta -además de sabiduría narrativa-, en algo de sutileza admirable. Porque cuenta algo así como una iniciación sentimental, pero al mismo tiempo nos narra desde los años 60 todos los cambios que la sociedad experimentará en los 40 años siguientes.  Y esto le da un valor aún más grande a todo lo que cuenta.

Ese narrador alterna su propia voz: casi todo el rato en primera, pero a veces en segunda y, finalmente (tramo final de la novela), en tercera. Y lo hace de manera fluida y pertinente (cuando llegué a esa parte final, me chocó mucho esa tercera persona, luego comprendí -o eso he creído- y acabé el libro sonriendo -aunque también con un nudo en el estómago porque la historia se las trae en esa tristeza tenue y delicada con la que finalmente se empapa todo-).

¿He llegado a las respuestas? Sí, no. Ambas cosas. Quizás me resisto a aclararme. Pero me quedo con algo que he comprendido (además de disfrutar de un Barnes estupendo): las derrotas son derrotas, claro, y joden. Pero la victoria está, quizás y sólo quizás, en que antes has vivido para llegar a esa derrota.

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