Una de ellas me ha parecido sublime, especial, diferente y de las más insólitas que he visto en mucho tiempo porque, además, es bastante osada y me sacó de mi zona de confort. Esta serie es “SEPARACIÓN”. Y otra de ellas, en su apoteósica temporada final, me ha confirmado la joya que ha sido desde la primera temporada y me refiero a “BETTER CALL SAUL”. El resto me lo ha hecho pasar muy bien, me han entretenido y se quedan en notable alto.
He visto 59 temporadas de diferentes series, que corresponden a un total de 492 episodios de duración variable (hay series cuyos episodios no pasan de los 22 minutos y otras tienen capítulos de más de una hora).
Por orden alfabético, estas han sido las que más me han gustado:
1.- “APAGÓN” (miniserie, 5 episodios)
Son cinco historias diferentes que tienen un nexo común. Me hipnotizaron lo angustiosa que es y la veracidad que despliegan todas las circunstancias límite que se narran. Los mejores guionistas y directores del último cine español se unen para crear una apuesta televisiva potente.
2.- “BARRY” (temporada 3, 8 episodios)
Sigo disfrutando una serie cuyos personajes, diálogos y guiones me subyugan por la mixtura de géneros y donde la comedia acaba revistiéndolo todo. Es lóbrega en su cada vez más negra sinopsis y alucino con la capacidad de los guiones para crear inocencia, intimidad, burla y mucha mala leche.
3.- “BETTER CALL SAUL” (temporada sexta y final, 13 episodios)
Es una temporada descomunal, un hermosísimo cierre para una serie sublime y que tiene dentro dos de los mejores personajes protagonistas de la historia de la televisión. Es de una precisión despiadada e impecable. Atesora en su interior uno de los mejores finales que yo he visto nunca y, además, cuando lo piensas, es que no podía acabar de otra manera. Sublime, obra maestra. Una serie que se cuece lentamente y hay que ser paciente en las primeras temporadas, pero esa paciencia es recompensada después con creces.
4.- “ENCERRADO CON EL DIABLO (BLACK BIRD)” (miniserie, 6 episodios)
Con excelentes interpretaciones, es un “true crime” poderoso, estupendamente dirigido y que logra una eficaz sensación de desasosiego y espanto que se va cociendo poco a poco sin que abrumen sus escenas ya que estas se suceden de manera discreta, igual que su loco asesino.
5.- “CÓMO METERSE EN UN JARDÍN” (miniserie, 4 episodios)
Es extraña, estrambótica, inteligente y profunda. Tiene dentro dos actores prodigiosos (la siempre genial Olivia Colman -cómo me gusta esta actriz- y David Thewlis) y rompe la cuarta pared de forma magistral. No acaba de ser redonda del todo, pero es tan curiosa como interesante. Y hasta burda y cómica y tiene una inusual pericia visual. Ha pasado bastante desapercibida y me parece injusto.
6.- “CONVERSACIONES ENTRE AMIGOS” (miniserie, 12 episodios)
Siento mucho aprecio por las novelas de Sally Rooney porque sus personajes me resultan cercanos, creíbles, tan humanos y tan ambiguos. La adaptación televisiva está realizada por el mismo equipo (excepto los actores) que ya adaptó “NORMAL PEOPLE” de la misma escritora, y aunque no llegue a la excelencia de esta, me resulta una historia conmovedora en la que se muestra cómo los sentimientos más fuertes pueden destruirnos o no hacernos felices y tiene, además, un retrato estupendo (algo frío también) de la juventud que se hace adulta y de esos amores modernos que tanto hablan de nuestras ambigüedades e insatisfacciones.
7.- “MONSTRUO: LA HISTORIA DE JEFFREY DAHMER” (miniserie, 10 episodios)
Bien interpretada, bien dirigida, mejor ejecutada. Lo mejor de ella es cómo contando una cosa (los asesinatos de un perturbado) en realidad nos narra otra con más enjundia e importancia: los fallos y fracasos del sistema policial americano. No aporta nada a este tipo de series con asesino múltiple, pero esa crítica profunda la hace diferente y mucho más interesante que otras propuestas del mismo estilo.
8.- “EL PACIENTE” (miniserie, 10 episodios)
Aunque decae un poco al final, tiene una originalidad (en eso de contar historias de asesinos en serie) en la puesta en escena casi teatral, que añade intimismo y una potencia narrativa diferente a lo acostumbrado. Es una serie que podría haber sido más redonda porque, de partida, tiene algo muy potente dentro que no aprovecha del todo. Adoro las historias con terapeuta y esta tiene una trama basada en las terapias del psicólogo con su paciente, así que yo me relamo y aplaudo. Y nunca estuvo mejor Steve Carell, que nos regala una potentísima interpretación que es el alma de toda la propuesta.
9.- “EUPHORIA” (segunda temporada, 8 episodios)
Es una de las propuestas televisivas más intensas de ahora mismo. Rodada con maestría cinéfila a espuertas, su narratividad es poderosísima y hace un retrato de la adolescencia brutal, agudo, muy vivo y donde hasta lo inverosímil tiene su fuerza y su gracia.
10.- “HACKS” (temporada dos, 8 episodios)
Su segunda temporada confirmó lo que ya sentí con la primera: que es una serie estupenda con dos personajes femeninos que forman un dúo grandioso e interpretados por dos actrices excepcionales. Es jocosa, divertidísima, con sus toques críticos y profundidades varias. Y muy atentos a los trabajos de dirección: cuidan hasta el más mínimo detalle sin que apenas se note.
11.- “AMERICAN CRIME STORY: EL CASO LEWINSKY” (miniserie, 10 episodios)
En la tercera temporada de “AMERICAN CRIME STORY” (serie que en cada temporada se basa en un caso diferente) no hay el magisterio que hubo en las dos entregas anteriores. Sin embargo, sigue siendo una apuesta televisiva muy bien urdida, mejor ejecutada y que habla sin tapujos de esa América obsoleta y eterna al mismo tiempo, aquí lo hace centrándose en el caso Lewinsky y Bill Clinton en 1998 y los años posteriores a los sucesos entre ambos. Soy morboso por naturaleza y esta serie me alimenta el morbo con gran satisfacción. La calidad de la producción es inmejorable y tiene interpretaciones antológicas (como la de Sarah Paulson).
12.- “IN MY SKIN” (dos temporadas, 10 episodios)
Un gran retrato de una adolescente que tiene que lidiar con sus propios cambios y con las circunstancias que tiene en casa por culpa de una madre complicada. Hay ternura y gran comedia en medio del horror. Y el retrato resultante está muy alejado de los tópicos. Tan dura como emotiva, pero su grandeza reside en su honestidad.
13.- “LA EDAD DORADA” (temporada uno, 9 episodios)
Es como un “DINASTÍA”, pero a finales del siglo XIX. Dentro de ella nos encontramos uno de los mejores diseños de producción en el que decorados y vestuario brillan con pomposa grandiosidad. Pero también nos encontramos diálogos bien escritos, personajes curiosos y clichés que no estorban y divierten mucho. Para un rato de escapismo, es la serie perfecta.
14.- “LA MARAVILLOSA SEÑORA MEISEL” (temporada cuatro, 8 episodios)
Sigue siendo una de las grandes comedias de la televisión de ahora. Y lo es por sus diálogos (brillantes), sus personajes (todos excepcionales), su diseño de producción (impecable) y por unos guiones que tienen el ritmo y el tono perfectos para engatusar, divertir y crear como resultado una obra fantásticamente encantadora y placentera.
15.- “OZARK” (temporada 4 y final, 14 episodios)
Buen cierre para una serie con altibajos, pero siempre interesante. Tiene tanta malicia como fuerza bruta gracias a tramas y personajes muy oscuros y ambiguos. Terminar de verla posee recompensa: es contemplar cómo lo emocional en los personajes acaba estallando en mitad de ese sucísimo entorno criminal y donde se muestra el auténtico alcance que tiene el dinero. Y qué actores hay aquí dentro, madre mía.
16.- “PERIODO AZUL” (miniserie, 12 episodios)
Serie manga juvenil que vi y disfruté con mis hijos porque no peca de atiborrar clichés y nos regala una reflexión sobre el arte maravillosa. Y tiene un acabado visual estupendo.
17.- “SEPARACIÓN” (temporada uno, 9 episodios)
Ya lo he dicho más arriba: es la mejor del año 2022. Esta serie es muchas cosas: un thriller distópico, ciencia ficción con misterio, filosofía y moralidad dándose la mano a cada rato, una pulcrísima perturbación mental, una diatriba sobre cómo el trabajo avasalla y somete nuestras vidas, una sátira social, Charlie Kaufman jugando a escribir su particular “BLACK MIRROR”, una alegoría que provoca mucho miedo al recrear un universo quimérico y especulativo. Te deja "to loca" la cabeza y, aún así, quieres más, porque, por si fuera poco, es también muy divertida. Una gozada absoluta. Por favor, que no la caguen en la segunda temporada. Por favor, por favor.
18.- “STATE OF THE UNION” (temporada dos, 10 episodios)
Nueva pareja como personajes centrales y vuelve a lograr lo mismo en los escasos diez minutos que dura cada episodio: penetración psicológica, retrato del matrimonio inteligente y muy certero y unos diálogos perspicaces y bastante retorcidos. Dirección soberbia. Cómo se puede decir tanto en sólo 10 minutos.
19.- “THE CROWN” (temporada cinco, 10 episodios)
Sigue estando a la altura de sus temporadas predecesoras. Habla sin tapujos de la familia real británica. Inventa bien y utiliza la realidad sucedida interpretándola mejor. Impecable y fascinador diseño de producción y un grupo de actores espléndido. Todo es un lujo dentro de ella.
20.- “THE STAIRCASE” (miniserie, 8 episodios)
Juega con una verdad sucedida sin interponerse y lo hace logrando un gran misterio que deja dudas por todos lados y, sin embargo, esas mismas dudas son parte de su grandeza narrativa. Recrea los hechos desde distintos puntos de vista, jugando a las diferentes posibilidades de los hechos sucedidos. Todo es tergiversación, ambigüedad y enigma engañosos aquí dentro. Y atrapa desde el minuto uno.
21.- “THE WHITE LOTUS” (temporada dos, 7 episodios)
Una gran sátira social que penetra en la psique de personajes que representan la lucha de clases y el poder de los elegidos en la cúspide económica. O cómo ver que los ricos también lloran y, además, tienen más frustraciones que nadie. Ningún personaje es positivo o cae bien dentro de esta serie: todos son despreciables y, sin embargo, parecen tan humanos como cualquiera de nuestros vecinos (o de nosotros mismos, mal que nos pese).
22.- “UPRIGHT” (miniserie, 8 episodios)
De esas propuestas hechas con dos duros y que rebosan magia y mucho talento. Con el formato de road movie, desarrolla buenos temas con gracia, espontaneidad y mucha hondura psicológica. Gran pareja protagonista: un adulto en infinita adolescencia y una adolescente que se tuvo que hacer adulta antes de tiempo. Hábil e inteligente a partes iguales.
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