AÑO: 1939
PÁGINAS: 369
GÉNERO: novela
Hace cinco años salió, por fin, una edición de esta novela barojiana sin mutilar por la censura. Hasta entonces, siempre se había publicado cercenada, con amputaciones dolorosas de ésas que ocurrían en los años agrios de la dictadura (sobre todo el capítulo entero en el que un cura embaraza a una chica española refugiada en París).
Ya la tenemos entera. Y he podido leerla con el inmenso placer con el que siempre leo a Baroja, un escritor al que se le tacha de “autor de tono menor”, algo con lo que no estoy nada de acuerdo.
Dicen (y estoy a favor de esta opinión) que ésta es la mejor de sus últimas novelas. Escrita en el exilio parisino, trata la Guerra Civil como fondo, aunque no sea el tema central. Pero está claro que las peripecias de la protagonista son consecuencia de la insurgencia franquista.
El personaje central (Laura) podría ser, en femenino, la gemela del Andrés Hurtado de “EL ÁRBOL DE LA CIENCIA”, aunque aquí el pesimismo barojiano y el final funesto haya sido sustituido por la melancolía o la falta de atrevimiento y soledad de su protagonista.
La novela refleja, como es habitual en Baroja, su visión del mundo. A él le influyeron Nietzsche y Schopenhauer (y por ello, vemos a sus personajes viviendo en la resignación que los lleva a la ataraxia -espiritualidad serena que se basa en la comprensión y en la indiferencia-). Vemos también su escepticismo, el vacío vital, la falta de sentido (la vida carece de trascendencia) y, por supuesto, la situación de España.
Poblada por más de 200 personajes (una ecléctica galería de secundarios que sirven como contrapunto para destacar la personalidad de la protagonista), aquí destacan sobre todos ellos los personajes femeninos (retratados con esas suaves pinceladas certeras y lacónicas tan barojianas), entre los cuales habría que recalcar a Laura (la protagonista) y a Mercedes (su mejor amiga): dos maneras bien diferentes de entender y vivir la vida. En Mercedes, hay un Baroja diferente y no tan negativo. Este personaje, pese a vivir circunstancias funestas, logra salir adelante con un pragmatismo venturoso.
Novela río, itinerante, lúcida, crítica y valiente, a la que quizá le sobran algunos personajes y capítulos por innecesarios y repetitivos.