AÑO: 2016
PÁGINAS: 220
GÉNERO: novela
Me pueden contar una misma historia las veces que quieran, que si hay verdad dentro y un estilo narrativo sugerente y atractivo, yo voy a devorar el libro y a disfrutarlo. Aquí la premisa ya la conocemos: un hombre maduro (no mayor ni viejo), profesor (intelectual) no puede evitar sentir una pasión sexual incontrolable por un joven de 23 años. Hasta ahí, todo sabido y hasta manido (la literatura nos lo ha contado muchas veces; en ocasiones, de manera magistral).
Pero esta novela es buena y en su parte central (segunda parte, sobre todo), es muy buena y hasta brillante. Porque el autor escribe muy bien y porque condensa esa historia con varios elementos que la enriquecen muchísimo: esa sociedad magullada por el comunismo dota de verdad y trasfondo al tema central; y ese buceo en las cicatrices de la infancia y adolescencia de una manera determinista y filosófica ahondan en la personalidad del narrador protagonista y lo convierten en un personaje perdurable y hermoso narrativamente hablando.
Añadamos que toda ella es un retrato magistral sobre la memoria, la pasada y la reciente que se hace consciente mientras se verbaliza (narrador en primera persona). Que la prosa tiene mucho de lo bueno de la prosa de Javier Marías (esa narración morosa, pero no lenta, hipnótica y escrupulosa en expresividad y buceadora en busca de la precisión lingüística). Que es fría como el hielo (aposta) para contar crueldades (y esa frialdad acaba por emocionar mucho más que la propia brutalidad descrita). Y que no necesita contar grandes hechos para lograr la profundidad; de hecho, Garth Greenwell apuesta casi siempre por narrar situaciones triviales, que es donde se cuecen los peores destrozos sentimentales.
Lo mejor (en una novela bastante coherente y resplandeciente) para mí, sin duda, es que todos los temas (los secundarios y el central) se hilvanan para hablar, finalmente y sobre todo, de la identidad y del deseo.
Es una novela triste. Pero es pura gozada leerla. Y el goce en la lectura a mí me procura bienestar, riqueza emocional y cultural y altas dosis de dicha.
Ganas de leerla!!!