AÑO: 2021
PÁGINAS: 133
GÉNERO: novela
Por su extensión podemos hablar de nouvelle más que de novela. Jon Bilbao vuelve a regalarnos una historia con atmósfera y donde lo que está fuera de campo, es decir, lo que no se cuenta, adquiere tanta o más importancia que lo que leemos.
Se bebe más que se lee. Y luego, al terminarla, te ves pensándola porque no se te va de la cabeza, como ocurre con las películas de Michael Haneke. Su lectura diáfana nos engaña desde las primeras páginas porque nada es lo que aparenta. Aquí dentro adquieren connotaciones simbólicas todo lo que aparece, desde los animales a las cosas cotidianas, desde las relaciones personales hasta las luces nocturnas extrañas.
Bilbao juega de nuevo con lo que le gusta: la realidad concreta tiene recovecos misteriosos, regala situaciones inesperadas (insólitas casi siempre) y lo fantástico brota por muchas esquinas noqueando al lector que queda instalado en un contexto de perplejidad y consternación, no exentas ambas de curiosidad. Lees y quieres saber más, quizás porque se nos oculta casi todo y, por eso, todo crea más estupor. Como el comportamiento de los personajes, por ejemplo, que es tan errático como voluble o imprevisible.
A esa incertidumbre contribuye un narrador objetivo que cuenta con una mesura e imparcialidad desbordantes: todo parece tener la misma jerarquía y, claro, es el lector quien tiene que decidir y eso lo mueve aún más hacia el pasmo pues, y esto es genial, Bilbao logra con esta técnica que todo nos estrangule más. Sumemos las irresoluciones que la trama plantea, los misterios que suceden y las preguntas que no quedan respondidas cuando cierras el libro. ¿No es la vida un poco bastante así? Pues eso nos regala el autor: unas cuantas bofetadas sobre el hoy y sobre cómo nos movemos en ese hoy. Y entre bofetada y bofetada, estallan los temas que la novela aborda: los secretos o incógnitas, la falta de comunicación, las vacilaciones o las decisiones equivocadas cuando eres adulto y ya no hay vueltas atrás, los miedos, la familia y esos lazos rotos o las crisis de pareja. La excusa la ponen los nuevos inquilinos que llegan, pero toda esa mierda ya estaba hirviendo antes en esa casa invadida.
En 133 páginas le da tiempo a todo eso y, además, a crear un contexto de atmósfera irrespirable y enrarecida, tan ambiguo como omitido, pues es la elipsis (magistral) la que se erige, quizá, en la auténtica protagonista de una novelita (coloco el sufijo diminutivo por su corta extensión) potentísima y muy (pero tremendamente) inquietante. No lo duden: Jon Bilbao es el Haneke de la literatura española.
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