Año: 2023
Páginas: 315
Editorial: Candaya
Género: relatos (nouvelles)
No me voy a cansar de repetirlo: Javier Moreno es, hoy por hoy, uno de los narradores españoles qué más poso me deja como lector. Creo que me he leído todos sus libros publicados hasta ahora. Sus historias nunca son convencionales, nunca se acogen a cánones o recursos formularios y siempre me perturba la magnética sensación de percibir que con este autor la narrativa da como un salto con pértiga hacia terrenos nuevos dentro del género. Hay, al mismo tiempo, tal eficacia semántica en sus intenciones, estilo, personajes y situaciones ficcionales que la mirada de Javier Moreno acaba desgranando los estrechos límites que separan la realidad de la invención. Y todo termina por parecerse a una profundísima radiografía del nosotros en el hoy que se muestra con una rectitud íntegra y una honestidad apabullantes, de las que escuecen en el lector y le dejan rastro. A mí siempre me salpica todo lo que le leo.
En “MAGNÍFICA DESOLACIÓN” (este libro tiene un título hermosísimo, por cierto) nos encontramos cuatro narraciones que se pueden internar en el terreno del relato, pero que, por la extensión de cada uno de ellos, hasta se podría hablar de novelas cortas o nouvelles. Dice la solapa de la edición que las cuatro historias tienen en común “la persecución de personajes reales o imaginarios” y no puedo estar más de acuerdo. Para muestra, el personaje central de la primera historia titulada “Pentimento”, que se recluye en una casa situada dentro de un bosque para experimentar con los espacios y las emociones de los personajes de su última novela publicada. También el narrador de la segunda historia (“Los reinos de lo irreal”) hace un viaje para encontrar huellas de dos personas reales (artistas outsiders para más inri) y mientras se va topando con datos, anécdotas o historias de ellos, el lector va sintiendo que de esa forma es como se construye la vida de cualquiera de nosotros: uniendo lazos, sumando residuos.
En las dos historias siguientes, también magníficas como las anteriores (yo no podría elegir cuál de ellas me gusta más ya que me han apasionado todas), nos encontramos a personajes en perpetua indagación o pesquisa: en “Magreb” hay un alucinante tirabuzón narrativo en el que una misma escena, protagonizada por un hombre y una mujer, se repite hasta la saciedad con pequeñísimas conmutaciones que encarnan los apetitos de los dos personajes, que igual los han tenido realmente o sólo los han deseado y/o hasta imaginado. Y, por último, en “El cielo de Madrid” el protagonista se plantea una cuestión inquietante y de inmisericorde actualidad: ¿nos puede ofrecer la inteligencia artificial una elección o alternativa a nuestra vida monótonamente cotidiana?
Con las cuatro narraciones, Javier Moreno vuelve a inquietar, vuelve a demandar la inteligencia del lector para que este se replantee sus vicisitudes diarias y comprenda que la fuerza de la realidad frente a la de la utopía es incontrovertible y que aquella gana la batalla por nocaut a nuestras alucinaciones y fantasías, sin dejar de plantearnos cómo las nuevas tecnologías están transformando nuestras identidades y nuestros alrededores más cotidianos. El autor, que nos regala una lucidez espléndida en planteamientos y resoluciones argumentales, utiliza una prosa serena (algo que crea un malestar mayor en la conciencia del lector) y a la que se le nota una ambición narrativa sin alaracas, pero de altos vuelos que no se percibe (o al menos así lo pienso) en muchos de los escritores actuales. Y esto último hay que celebrarlo, oigan.
Al utilizar el género nouvelle, Moreno nos regala un acertadísimo surtido de ideas y de agitaciones gracias a personajes variados que se mueven en áreas diferentes, con lo que el tema central (mencionado más arriba y en la contraportada del tomo) acaba tapizado y enriquecido de una manera muy jugosa. Y por detrás de ese tema central, en el libro desfilan temas secundarios (no por ello menos sustanciales) como el del fingimiento en tono filosófico donde el yo que “somos” se enfrenta con el que “creemos” ser y cómo lo que recordamos es un arreglo mental (y, por tanto, una irrealidad o hasta un ensueño) de lo que realmente sucedió.
En definitiva, Javier Moreno nos regala un libro (que se convierte en otro mastodóntico “candayazo” de la editorial) repleto de aciertos en indagaciones narrativas y en el que las singularidades e irresoluciones del mundo contemporáneo quedan radiografiadas con esplendorosa prosa, magnética profundidad y que nos deja un extraño y sugerente sedimento emocional. Un libro que al cerrarlo instala en el lector la estupenda sensación de haber aprovechado el tiempo gracias a un escritor cuya brillante voz crece con cada nuevo libro que publica. Su talento me sigue venciendo y qué maravilla que esto suceda.