“MATERIALISTAS” (EE.UU., 2025), de Celine Song
- salva-robles
- hace 5 días
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Ay, por Dios. Menudo batacazo tonto e insustancial nos ha parido la directora que me enamoró hace dos años con la estupendísima y profunda “VIDAS PASADAS”. Ay, qué desilusión, por favor.
“MATERIALISTAS” naufraga en todas las intenciones que le pone, que son varias:
· Por un lado, intenta reinventar la comedia romántica, cosa que me parece genial. Pero no cumple con ello pues el resultado es una deslavazada historia fría, anodina, insustancial y más plana que una compresa extrafina.
· Por otro, el trío protagonista. Se pretende dar cabida a actores emergentes que lo pueden petar o lo están petando (como es el caso de Pascal). Se busca lo comercial y dar el bombazo. ¿Qué ocurre en la película? Que hay cero química entre los tres actores, ni juntos ni separados funcionan. ¿De quién es la culpa? Pues yo creo que hay varias razones culpables: Dakota es muy bonita, una mujer preciosa, pero como actriz es incapaz de soportar el peso de toda la película pues es una intérprete (hasta ahora) limitada. Los dos chicos poco pueden hacer ante dos personajes suma y patéticamente estereotipados (y mira que el carisma de Pascal se percibe y estalla por momentos en la pantalla). Y la directora no ha logrado sacarles chispa o algo de gracia: da grima verlos besarse, por ejemplo: parecen críos de diez años dando su primer ósculo. Coñe, pónganle un pisquito de pasión y saquen un poquito (aunque sea) la puntita de la lengua.
· Todo es muy inconsistente en la película. Pretende, pero no alcanza o ni siquiera roza. Quiere, pero no llega. Desea contar una cosa y en la pantalla vemos la contraria o algo sin pies ni cabeza o hasta ridículo (algunos diálogos, no todos, traspasan lo chusco o lo almibarado). Y la parte final, donde supuestamente se resuelve todo, es un auténtico dislate y hasta una necedad.
· Desea ser una película neoyorquina que emula y homenajea a las de Woody Allen. Pero no es suficiente con colocar la cámara en las calles reconocibles o en encuadres como los del director. Hacía falta algo más de gracia y menos nimiedad y también menos ganas de querer reinventar un género a toda costa. Y es que es todo TAN OBVIO aunque ensaye lo contrario.
En fin, ¿no es un desastre del todo?. Igual sí lo es, pero yo no quiero reconocerlo por el amor que le tengo a la película anterior de la directora. Es verdad que en un principio la película parecía interesante y parte de un tema atrayente, sugestivo y muy actual: cómo se buscan hoy relaciones de pareja basadas en intereses económicos y físicos y donde el amor parece que no importa tanto a través de una casamentera (ahora lo llaman muy modernamente “matchmaker”) que trabaja para una empresa que busca unir solteros perfectos según los cánones del hoy. El problema es que este marco teórico aparece en la pantalla sin lograr ni un ápice de su ambición. Es más, estoy seguro de que si Jane Austen viera esta película no se creería NADA DE NADA de lo que hay en ella.
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