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MÁS CINE FRANCÉS, POR FAVOR



 

"MADELEINE COLLINS" (Francia, 2021), de Antoine Barraud

 

Tiene todas las premisas del cine del maestro Alfred Hitchcock. Hasta la banda sonora parece un homenaje al cine del director inglés. El personaje central y la trama son lo suficientemente ambiguos como para mantener al espectador intrigado y deseando saber qué va a ocurrir con esa doble vida. Notas cierto estilo y esa frialdad extraña y envolvente del buen cine francés. El guion juega bien a desconcertar y con los enigmas, aunque todo parezca demasiado inverosímil. La extrañeza se va apoderando de todo e incluso parece que en algunas escenas se vislumbran algunas obsesiones buñuelianas.

Pero su problema es la segunda mitad de la película: los giros van llevando la historia hacia un peligroso camino mezcla de melodrama familiar y psicoanálisis, que no terminan de casar bien o se ensamblan con cierta turbiedad y todo queda empantanado en algo que hizo que yo (que estaba muy enganchado y disfrutando) me saliera de la película hasta el punto de que me daba igual lo que sucedía.

No obstante, verla no es perder el tiempo porque, aunque no se haya resuelto bien, hay cierta inteligencia formal y una interpretación maravillosa de la siempre estimulante actriz Virginie Efira (cuya belleza atemporal es, además, un plus que encaja perfectamente con el personaje maravilloso que está interpretando).

 

 

“LA JALOUSIE” (Francia, 2013), de Philippe Garrel

 

          Me reconozco fan(ático) del cine de este director. Sus historias, contadas con tanta ligereza como gracia y más poso del que aparentan, me llegan siempre. Las veo sonriendo todo el rato (aunque el drama que llevan dentro muchas veces me congele esa sonrisa) y sonrío porque me encanta ver a los personajes de Garrel tan indecisos, deambulando incansablemente por las calles parisinas o subiendo y bajando escaleras que los llevan o los sacan de los minúsculos apartamentos o buhardillas en los que viven, hablan, retozan y follan. Me congratula con mi ser interior comprobar que los personajes se contradigan, se equivoquen, la caguen y se hagan daño a sí mismos inconscientemente, pero acaben siempre sobreviviendo que es de lo que se trata cuando respiramos cada día.

          Me hacen mucha gracia los vaivenes emocionales de todos los personajes “garrelianos”. Me alucina el blanco y negro de muchas de sus películas, que me lleva a rememorar ese cine francés de la nouvelle vague que tanto he idolatrado y que ocupa un lugar privilegiado en mi memoria cinéfila. Me emociona este cine magnético, que se bebe en un suspiro (sus películas no suelen llegar casi nunca a los 80 minutos). Me llegan las obsesiones de un director empeñado en radiografiar de manera etérea (a veces yo diría que hasta incorpórea) las agitaciones y los trastornos sentimentales de personajes de los que acabo enamorándome en todas y cada una de sus películas (los masculinos y los femeninos, conste). Y me estimulan las historias, narradas sin ínfulas y con mucho tacto (tan naif ese tacto que hasta parece no pensado de espontáneo que resulta). Y siempre, siempre, hay internamente una lucidez y una línea esperanzadora en la que vivir resulta de lo más hermoso, aunque sucedan pocas cosas en sus historias y, sin embargo, todo parezca estar en juego.

 

         …

 

"MEMORIAS DE PARÍS" (Francia, 2022), de Alice Winocour

 

A FAVOR:

 

-Virginie Efira, una actriz que mira como pocos actores y emociona porque muestra siempre el alma de sus personajes y nunca la técnica de su trabajo actoral.

-El tema central de la película: cómo sobreviven las personas que sufrieron un atentado terrorista. Está tratado con elegancia y toneladas de modestia y honestidad.

-En realidad, la película es un recorrido por los intentos de sanación y a mí me ha emocionado.

-No se regodea en el acto delictivo e inhumano. Se fija en la víctima.

 

EN CONTRA:

 

-A veces, como ocurre en mucho cine francés, la puesta en escena puede parecer (y lo es en algunas ocasiones) algo fría.

-No todos los que han sufrido algo así reaccionan como la protagonista y esto quizá le reste un poco de verdad a la película.

-Hace poco vi la película española con misma temática "UN AÑO, UNA NOCHE", de Isaki Lacuesta y no he podido evitar las comparaciones y la española me parece una apuesta mucho mejor, lo que no le resta calidad a la francesa que estoy comentando.

 

A QUIÉN SE LA RECOMENDARÍA:

 

-Como siempre, a los amantes incorruptibles y fieles (como yo) del buen cine francés.

 

 

“LAS INOCENTES”, (Francia, 2016), de Anne Fontaine

 

Las guerras tienen muchos lados y todos esos lados son negativos. Esta película se centra en la cruda realidad (pocas veces mostradas por el cine) de unas monjas caídas en desgracia por la barbarie del ser humano en situaciones límite. No diré nada del argumento. Pero la película se siente físicamente: el frío y la crueldad te empapan gracias a la puesta en escena (unas cuidadísimas y estupendas fotografía y dirección artística). La narración apuesta por lo íntimo, así lo requería su ubicación: las cosas ocurren dentro de un convento; y la cámara recorre la intimidad de los pasillos, las salas para rezar o comer, las habitaciones…y los rostros de unas mujeres cuyas creencias se tambalean o modifican o se reafirman ante los acontecimientos.

De una aspereza seca, secuencia a secuencia la película va caminando sobre el melodrama con delicada elegancia y falla en su tramo final cuando se empeña en forzar una tragedia a través del personaje de la madre superiora, hilo argumental que no era necesario porque la desdicha de esas mujeres ya se masticaba desde el comienzo y estaba dentro del propio convento sin necesidad de rizar el rizo de lo funesto. Con todo, notable película que sirve, además, para conocer otro de esos lados dañinos que conlleva una guerra.

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