MÁS CINE FRANCÉS, POR FAVOR (5)
- salva-robles
- hace 4 horas
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“EL ÚLTIMO SUSPIRO” (Francia, 2024), de Costa-Gavras
El cine de Costa-Gavras siempre ha sido político y siempre ha optado el director por mojarse sobre temas escabrosos, polémicos e importantes, claro. Esta vez decide hablarnos sobre la eutanasia y sobre nuestros derechos al bien morir. Lo hace con una película emotiva, lírica en muchos tramos. Una oda sentimental (que no edulcorada o sentimentaloide) sobre las enfermedades y el dolor y que suscita debate.
Es una película que adopta un estilo sencillo y quizá precisamente por esa sencillez, calan más sus mensajes que se muestran con atenta ternura y una humanidad que estalla en la pantalla empapando de emociones al espectador durante todo el metraje.
Una película que grita preguntas, que respira honradez y que parece ella misma un señuelo curativo y calmante sobre un tema tan delicado.
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“LA ÚLTIMA LECCIÓN” (Francia, 2018), de Sébastien Marnier
Es una película que apuesta por la extrañeza y que busca en el espectador complicidad. Mezcla de géneros que da como resultado una serie de temas que incomodan y extrañan a partes iguales. El comienzo es espectacular: un profesor, en mitad de un examen de sus alumnos, se sube a una silla y se tira por una de las ventanas del aula.
El espectador nunca sabe lo que está ocurriendo, sospecha pero sin certezas. Sobre la trama siempre se percibe inquietud y la atmósfera es cada vez más irrespirable. Es verdad que hay ciertos clichés, pero estos se resuelven con un final que resulta demoledor y muy interesante. Es un ejercicio de estilo perturbador, rabioso y enredador que habla, en el fondo, de un hoy que nos está arrebatando el futuro.
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“EL CUADRO ROBADO” (Francia, 2024), de Pascal Bonitzer
Curioso filme de mirada clasista con un grupo de actores en estado de gracia y que narra una historia sobre cuadros robados, el arte y las diferencias de clase con un estilo muy francés (en el mejor de los sentidos, claro) y de tono cómico agridulce.
Es una película que me ha recordado todo el rato a los “CUENTOS MORALES” de Eric Rohmer y, por tanto, la cosa es un divertimento puro, una película muy apegada a la nouvelle vague y que, de tan extraña, acaba siendo puro pasatiempo. De esas pelis que yo veo todo el rato con media sonrisa y que disfruto con la sensación de ver en la pantalla pura y agradabilísima nostalgia porque esto es cine francés de siempre y uno la contempla sintiendo las resonancias de tantas y tan buenas películas de la cinematografía gala.
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“JULIETTE EN PRIMAVERA” (Francia, 2024), de Blandine Lenoir
Una divertida y emotiva película que tiene un guion que bucea constantemente en la condición femenina. No escatima la trama en pintar las partes más oscuras y ambiguas de unos personajes en constante búsqueda, mientras la insatisfacción (y hasta la apatía o el degaste psicológico) los muestran como seres normales y corrientes y de ahí que el espectador los identifique y hasta los tome como transcripciones propias.
El tono de comedia familiar dota a la película de una gracia que rebosa ternura y mofa a partes iguales. De esas obras que adoran a sus personajes sin olvidar que son seres humanos con claroscuros, ambivalencias y contradicciones. La vida no es fácil y nosotros, a veces, nos la complicamos más de la cuenta en esa búsqueda de una felicidad que es pura entelequia.
Todo lo importante (que son las emociones de los personajes, que están interpretados por un gran grupo de estupendos actores) está narrado con una elegante ligereza que da la inflexión perfecta de sátira siempre esperanzadora. Otra película francesa pequeñita en intenciones que se hace grande cuando experimenta sobre la vida y la dibuja sin aspavientos y con mucha verdad dentro. La ves y sales de ella reconfortado.




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