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NINA LYKKE, todo un descubrimiento como escritora

Actualizado: 18 may




“NO Y MIL VECES NO”

AÑO: 2019

PÁGINAS: 249

GÉNERO: novela


“ESTADO DEL MALESTAR”

AÑO: 2019

PÁGINAS: 265

GÉNERO: novela


Es lo primero que leo de esta autora y para mí es todo un descubrimiento. Son dos novelas con personajes que tienen nombres y profesiones diferentes y que viven sus vidas y, sin embargo, ambas obras tienen muchas cosas (o todo) en común. Leer una es como leer la otra y viceversa y, no obstante, ambas se retroalimentan y tienen su propia idiosincrasia como para sentirlas como dos entidades diferentes.

¿De qué hablan estos libros?

Hablan de seres humanos. Es verdad que estos seres humanos son muy noruegos y que la sociedad que se describe y donde viven estos personajes es la del país nórdico; sin embargo, podemos extrapolarlo a cualquier sociedad, a cualquiera de nosotros si hemos cumplido los 50 o estamos a punto de entrar en el ecuador de nuestras vidas.

¿Por qué? Porque las novelas de Nina Lykke hacen una radiografía de la sociedad de la exuberancia que, pese a tenerlo casi todo, vive disgustada, resentida, adormecida en sus comodidades e inmovilizada por todo ello. Una sociedad frustrada que no lo sabe porque no quiere mirarse al espejo. O que lo sabe, pero mira para otro lado.

Varias cosas destaco de esta autora:

  • Sus novelas podrían pasar por parodias del estado del bienestar de los países nórdicos. La parodia nunca pasa por la caricatura, pero casi, y su tono es siempre el de una finísima ironía que no llega a ser nunca humor negro, pero sí nos percatamos de cierta comicidad a la hora de fotografiar nuestros comportamientos. En realidad, son sátiras en cierto modo bastante crueles pues no se cortan a la hora de meter el dedo en las llagas hasta hacerlas sangrar.

  • Uno lee a Nina Lykke y tiene la sensación de estar leyendo a la misma vez una novela y un ensayo o estudio antropológico cargado de sociología que analiza las conductas de sus protagonistas en una comunidad concreta; parece hasta un tratado de filosofía como herramienta pedagógica, pero todo mostrado con un estilo narrativo donde prima la sencillez expositiva o la simplicidad descriptiva, no se perciben hinchazones estilísticas ni ínfulas artísticas inanes. La profundidad de significados llega a la mente del lector en cuanto comprende las intenciones de lo que lee y, sobre todo, en lo que le hacen sentir las situaciones y los estados emocionales de los personajes. Son inevitables las resonancias y, por ello mismo, estas novelas logran incomodar al lector entregado.

  • El vacío y la incertidumbre se convierten en los principales temas de esta escritora noruega. Los personajes de Nina Lykke viven en permanente estado de desasosiego, perplejidad y vacilación. Y cuando se dan cuenta (si es que lo hacen, no todos son capaces de percibirse así y será el lector quien los observe de esa manera), se sienten atrapados, como viviendo en el desconcierto. La estrangulante (y mentirosa) sociedad del bienestar los ha convertido en drogadictos, en máquinas sonámbulas, en caricaturas de un sueño embustero, embaucador e hipócrita, tan falso como estrangulador.


En “NO Y MIL VECES NO” tenemos un primer capítulo (de 61 extraordinarias páginas) apoteósico: pocas veces he leído yo una descripción de un personaje femenino tan profundo y tan ahogado en mitad de una vida aparentemente exitosa y tranquila. Hay una lucidez elegante y muy delicada al exponer las interioridades del personaje: pensamiento y acción rezagada quedan espléndidamente subrayados y el tono, las intenciones y los temas quedan definidos para el resto de la novela, que irá creciendo en intensidad y profundización.

Y “ESTADO DEL MALESTAR” tiene un as en la manga: usa los pacientes de la doctora protagonista para dibujar el estado catatónico en el que vive hoy el ser humano. Estado catatónico que disfrazamos a través de la estupidez, el egocentrismo, el egoísmo y la ceguera imponente que nos aguijonea sin que la percibamos (y aquí está nuestra cárcel). De esta manera, la consulta de la protagonista es una ferocísima metáfora de las infinitas emociones humanas. Emociones que, además, nos despersonalizan

Para soportarlo todo mejor, Nina Lykke acude a la ironía y al humor que ya he mencionado al principio, ese humor e ironía nos regalan un trocito de luz en mitad de tanta congoja. La socarronería, la pulla o la mordacidad como contrapuntos que hacen respirar las vidas de estos personajes, en el fondo y pese a todo, tan entrañables y cercanos. O tan parecidos a nosotros mismos.

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