"NO ERA A ESTO A LO QUE VENÍAMOS", de María Bastarós
- salva-robles
- 11 jul 2022
- 2 Min. de lectura

PÁGINAS: 219
AÑO: 2021
EDITORIAL: Candaya
GÉNERO: relatos
En esta colección de relatos la protagonista es siempre la normalidad. Pero esta viene revestida o disfrazada para que lo corriente, lo común, lo usual o lo frecuente acaben estallando a través de la violencia, que también aparece enmascarada gracias a esas sorprendentes y desasosegantes atmósferas en las que cada uno de los 13 relatos se sumergen y que no son sino inquietudes y desasosiegos decididamente contemporáneos. La zozobra amenazadora y lastimada que alcanza María Bastarós con su prosa, me ha recordado las descripciones descarnadas y asperísimas que de la infancia hace una autora como Agota Kristof; aunque también he visto ese tipo de tensión narrativa que se vislumbra en las obras del escritor español Jon Bilbao, que siempre parte, como Bastarós en sus relatos, de arranques nada tramposos y que se mueven en terrenos reconocibles y que, de pronto, se ven obstruidos por culpa de una anomalía que, siempre, queda semioculta o sugerida y que dejan unas cavidades en la narración que es el lector quien tiene que llenar y, cuando lo hace al pensar mientras rumia el relato, este queda en estado de absoluta inquietud.
Hay una hermosa galería de personajes, mujeres en su mayoría, aunque también hombres o parejas, que viven en entornos que los alienan, desde polígonos a urbanizaciones, hasta desiertos y playas naturales que crean significados más amplios y que sirven como metáforas turbadoras en la descripción psicológica de las criaturas que pululan por los relatos. Los espacios, de esta manera, son un personaje más que catan de manera inteligente o hacen hervir las historias en géneros como el terror, lo ilógico o lo ficticio, con lo que las atmosferas se retroalimentan entre sí creando siniestras sensaciones que se mueven desde el miedo a los conflictos personales de los héroes lisiados que protagonizan las páginas. Héroes que están en fuga, que buscan, que se excusan o que necesitan el subterfugio de la huida como meta, aunque muchos de ellos ni siquiera sean conscientes de ello.
Queda claro con este libro que la normalidad es una opresión y una imposición torturadoras. Que la cotidianidad inmediata es una película de terror en la que los pormenores son datos que describen esa crisis existencial que nos protagoniza y estrangula hoy. Las costuras de la realidad quedan radiografiadas con una pulsación narrativa de primer orden y que convierten “No era a esto a lo que veníamos” en un libro de relatos potentísimo, único, diferente, audaz. Y que coloca a su autora en primera línea de batalla pues nos propone una narrativa de altos vuelos, una escritura que nos alienta a seguir su carrera literaria con ganas, ilusión y apetito voraz.
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