1.- “TOMCAT” (Austria, 2016), de Klaus Händl
Vale, es demasiado larga, le sobra media hora. Esto hace que pueda desesperarnos un poco. Sin embargo, tiene dos personajes muy ricos que atraviesan una crisis que nos salpica a todos y que plantea dilemas morales de alto calado que a mí me han enganchado y me han hecho disfrutar de una puesta en escena estudiadísima y bien hilvanada.
2.- “SWALLOW” (EE.UU., 2019), de Carlo Mirabella-Davis
Parece que narra una solemne tontería, y no, qué va. Y aunque bucea todo el rato en lo ridículo, no cae nunca de ese lado. Pueden molestar los tonos (de hecho, a veces parece un telefilme por culpa de algunas decisiones de guion), pero hay una apuesta por el estilo clásico (a veces parece una película de los años 50) y por crear una atmósfera visual que acaba siendo lo mejor de todo (junto a la estupenda y ambigua protagonista).
3.- “SOLO LAS BESTIAS” (Francia, 2019), de Dominik Moll
Me encantan las películas puzzle y esta lo es. También me encantan los thrillers atípicos y esta película lo es. Me encantan que me sorprendan y me perturben, y esta película lo logra varias veces sin necesidad de buscar trucos falsos para ello. Pero lo que más me gusta es el retrato que hace de estas bestias humanas, unidas todas ellas por una inconmensurable soledad.
4.- “MARTIN EDEN” (Italia, 2019), de Pietro Marcello
Pese a ser un biopic, se aleja (y cuánto se le agradece esto) de todos los tópicos de este tipo de cine. Hay mucho dentro de ella, tanto que puede perturbar sin dejar de interesar nunca su gran personaje central.
5.- “JOSEP” (Francia, 2020), de Aurel
Gran película de animación. Aquí dentro hay cine político de gran valía, de alto calado crítico y emocional. Estupenda técnica tradicional en el dibujo trazado y el resultado es una sobresaliente película activista, donde importan más los conceptos que la historia que narra, sin que esta moleste a sus intenciones nunca.
6.- “FALLING” (Canadá, 2020), de Viggo Mortensen
Primera película como director del genial actor Viggo Mortensen. Nos regala una película dura, un buen drama familiar que se acerca al tema de la vejez y la demencia senil con mucha sensibilidad sin caer nunca (y esto se le agradece) en lo conmovedor de manera gratuita o vacía.
7.- “EL JOVEN AHMED” (Bélgica, 2019), de los hermanos Dardenne
Son los hermanos Dardenne y, para bien o para mal, su cine ya lo conocemos los que lo hemos seguido con devoción en el pasado. Así que aquí tenemos otra muestra notable de cine comprometido y social, sólo que aquí quizá lo que falla es que estos directores no parecen tener contestación al dilema morrocotudo que plantean y por eso no llega a ser una película tan sobresaliente como muchas de las suyas y peca de cierta frialdad. Pero siguen siendo despiadados en sus retratos humanos y su cine no pierde un ápice de mordacidad.
8.- “HOSTILES” (EE.UU., 2017), de Scott Cooper
Es un western sombrío, interesante a ratos, aunque peque de ciertos clichés y de argumentos manidos. Se degusta por la buena dirección y el trabajo de sus espléndidos actores.
9.- “EL MONSTRUO DE ST. PAULI” (Alemania, 2019), de Fatih Akin
Es de esas películas que uno se pensaría recomendar ya que producen sus imágenes rechazo y repugnancia en múltiples de sus escenas. Sin embargo, dentro hay una brutal radiografía de lo más cutre, casposo, hiriente y sórdido que hay en muchos de los interiores de algunos seres humanos. No apta para estómagos delicados. Lo mejor: la frialdad, no exenta de humor negrísimo, con la que están filmados los asesinatos.
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