“LES REVENANTS”
Serie de TV (2012-2015). 2 temporadas. 16 episodios
La cámara se pasea, morosa a veces, elegante siempre, por las secuencias (dotando a todo de un ritmo que se convierte en uno más de los grandes hallazgos). Se fija en el rostro de los personajes, que revelan sus desolaciones, sus miserias, sus miedos y, sobre todo, su extrañeza, desconcierto y confusión ante lo que comienza a suceder en la localidad donde todo se desarrolla (que los habitantes de la localidad no puedan salir de ella es otro de los grandes aciertos de una serie que va más allá de la ciencia ficción, que es el género al que pertenece). Los diálogos, las situaciones, la profundidad en el trazo de cada uno de los personajes, dotan a la serie de una magnitud que se logra muy pocas veces en la televisión, plagada desde hace casi dos décadas de ficciones maravillosas y otras muchas no tanto, pero que entretienen bastante. “LES REVENANTS” es exactamente igual que la buena literatura: en ella, hasta el detalle más insignificante está por algo y, además, aporta significados que no parecen estar delante de lo que la pantalla muestra y que el espectador percibe de todos modos.
Sus juegos con el tiempo (hay flashbacks que se remontan hasta 36 años antes del presente) y que crean un suspense añadido casi siempre escalofriante y perturbador, una banda sonora del grupo escocés Mogwai tan traviesa como magníficamente narrativa, un elenco actoral descomunal (ni un solo actor desentona), unas localizaciones tan perfectas como inquietantes, un guion cuidado al milímetro (con sus trucos y sus clichés –es una serie, no se olvide nadie, sobre muertos vivientes–) y una fotografía tan incisiva, reordenan un conjunto que convierten a “LES REVENANTS” en esa cosa que uno le pide al ARTE de vez en cuando: magia, disfrute, distracción, belleza y verdad (en la mentira) que cuenta.
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“FOSSE/VERDON”
Miniserie TV (2019). 8 episodios
Narra la relación sentimental y profesional del conocido coreógrafo y director de cine Bob Fosse y de Gwen Verdon (una de las bailarinas más importantes de la historia de Broadway). La serie tiene estilo y aporta profundidad en su habilidad para captar una época concreta. Pero también tiene altibajos, sobre todo en los primeros capítulos donde no parece saber hacia dónde se dirige. Luego remonta gracias a dos actores estratosféricos que nos regalan un recital interpretativo que llega a remover y conmover. Están sublimes y van a ser recordados por esto. Qué inmensos Michelle Williams y Sam Rockwell.
Pero la serie se hace inteligente a medida que suceden los capítulos porque aporta una nueva visión (en la era del #METOO) sobre una mujer a la sombra de un hombre que se pasó la vida eclipsándola cuando era incapaz de vivir y crear sin ella. El guion adopta la forma de culebrón hollywoodiense (en el mejor de los sentidos), con una estructura puzle en la que los saltos temporales se convierten en los auténticos protagonistas. Y acaba siendo, también, un homenaje a un tipo de musicales que dejaron (y aún perviven) huellas universales que todos los que tenemos ya cierta edad conocemos de primera mano. De fondo, más allá de esa relación sentimental/profesional con altibajos de Fosse y Verdon, los amantes del cine y de los musicales podemos disfrutar de momentos en los que se descubre cómo se gestaron las míticas películas “CABARET” y “EMPIEZA EL ESPECTÁCULO” o musicales como “CHICAGO”.
Y detrás de todo, temas universales como la infidelidad, las adicciones, las familias rotas, los peligros del éxito, la creatividad o la decadencia artísticas que aportan bastante profundidad en mitad del culebrón.
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“THE NIGHT OF”
Miniserie de TV (2016). 8 episodios
Con una narración clásica, un guion magistral, una dirección sólida y muy seria, más un grupo de actores perfecto (con dos eficacísimos John Tuturro y Riz Ahmed a la cabeza), la serie se ve de manera adictiva porque engancha gracias a una historia con tintes negros y su correspondiente metódico proceso judicial contado con detalles que abarcan varios aspectos de la vida americana y, además, hacen una sutilísima crítica (y esto es quizá lo mejor de una serie donde todo es gigante) que empapa al sistema judicial del país más poderoso de la tierra.
Además, por si fuera poco, su potencia emocional va calando con sutileza y demora estudiadísimas y esto sucede gracias a una escritura provocadora y mordiente a cargo de los inmensos Steven Zaillian y Richar Price (dos gigantes en esto del espectáculo cinematográfico y televisivo), que agregan toneladas de inteligencia a cada situación que plantean o muestran. Al final, la sensación es la de haber contemplado un trozo (inmenso) de vida, con sus ambigüedades, enigmas, claroscuros y certezas. Añadamos su autenticidad, sin que por ello el espectáculo visual quede relegado.
Una miniserie enorme.
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“PENNY DREADFUL”
Serie de TV (2014-2016). 3 temporadas. 27 episodios
Transcurre en ese Londres (tan literario como fascinante) de la época victoriana (finales del siglo XIX). En ella aparecen personajes de ficción mezclados con personajes literarios de sobra conocidos: el doctor Frankenstein, su criatura, Drácula y hasta el mismísimo Dorian Gray. Por supuesto, la sombra de Jack el Destripador pulula por muchos capítulos y, aunque parezca de risa esa mezcolanza, la serie es muy buena en imaginación y en sus logros artísticos. Los amantes de la literatura del siglo XIX en general, y de la literatura de suspense y terror en particular, estamos de enhorabuena. La imaginación de escritores de entonces, tales como Edgar Allan Poe, Arthur Conan Doyle, Mary Shelley o Bram Stoker (entre otros muchos), queda aquí fascinantemente homenajeada. Hay capítulos antológicos (el 5 de la primera temporada, donde tantas cosas se descubren, es un flashback magistral en el que la elipsis se hace arte televisivo de enorme altura). Interpretada por unos actores solventes, entre los que sobresale una Eva Green admirable y tan bella que es un gozo contemplarla. Cuidada al máximo en todos sus detalles (localizaciones, vestuario, dirección artística y fotografía inconmensurables), es (aviso) adictiva y tan entretenida como divertida.
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