"THE WHITE LOTUS" (temporada 3, 8 episodios)
- salva-robles
- hace 21 horas
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"THE WHITE LOTUS" (Temporada 3, 8 episodios)
Una duda me surge todo el rato viendo esta tercera temporada: si no conociéramos las dos temporadas anteriores, ¿esta tercera no sería mejor de lo que creemos? Sinceramente, pienso que sí. El problema es que ya sabemos la premisa y no hay ni sorpresa ni algo novedoso ante nuestros paladares ávidos. Es inevitable compararla y, claro, ya sabemos lo que ocurre con las comparaciones.
En cualquier caso, la he disfrutado y mucho. Esta tercera entrega es más shakespeareana, creo esto también. Y sigue estando ese estudio antropológico tan sutil y subterráneo. Me encanta que me caigan tan mal todos los personajes, TODOS. Y ahí está lo mejor de la serie (aparte de su estupendo diseño de producción): cómo desnuda el interior de esos personajes a veces tan despreciables, otras tan tiernos y desesperadamente humanos. No hay serie ahora mismo que hable mejor de lo estúpidos que somos y, por ello mismo, tan vulnerables. Aquí dentro todos luchan obsesivamente por el estatus: unos para mantenerlo, otros para alcanzarlo y parecerse a los que, al parecer, lo tienen. Y esas obsesiones los desnudan en sus emociones más elementales. De ahí que sean tan infantiles, tan despreciables (por cómo dan puñaladas traperas a los otros y a sí mismos), tan frágiles, en definitiva.
Tiene buenos diálogos, nos regala interpretaciones solventes en actores entregados que no temen al ridículo de algunas escenas diseñadas para convertirlos en caricaturas exageradas. Y es aquí donde más me gustan los personajes que detesto: son, en realidad, máscaras, sombras de nuestras partes más oscuras. Un ejemplo: la tensión SIEMPRE palpable entre las tres amigas que se han ido juntas de vacaciones. Una tensión que las convierten en vampiras siempre al acecho, siempre buceando entre los resquicios de las debilidades de las otras y desnudándose, por tanto, a sí mismas. Con amigas así, yo no necesito enemigos, parece que gritan en silencio las tres todo el rato.
Y luego está la atmósfera que rodea las tensiones y frustraciones de los personajes. Esa isla, esa vegetación y esos animales (los monos p los lagartos como un coro silencioso y testigo de las miserias) o la música constante y tensa que acompaña en todas las escenas como latido atosigador y siniestro. Todo esto logra una tirantez que crece y crece cada vez más hasta ese "in crescendo" final en el que estallan las situaciones que se han ido tensando en hostilidades varias.
Es una serie (en sus tres temporadas) que me deja siempre agotado en el mejor sentido del término. No sé si quiero más porque se corre el riesgo de lo repetitivo, pero, en cualquier caso, qué bueno haberlas visto y disfrutado (mucho más la primera temporada por aquello que digo de ser la iniciadora y, por tanto, la que más sorprende por estilo, argumentos e intenciones).
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