top of page
  • salva-robles

TRES LECTURAS PLACENTERAS




Título: "CAMPO DE AMAPOLAS BLANCAS"

Autor: Gonzalo Hidalgo Bayal

Páginas: 120

Año: 2008

Género: novela corta


Te lees esta novelita corta en poco más de una hora y en ese escaso tiempo caes rendido ante su prosa demodé e irónicamente petulante y hasta lustrosa o pedantorra (que cuadra perfectamente con el carácter del narrador en primera persona). Además, quedas atrapado en una época concreta, pasada y recordada (en mi caso, más que por vivida, por conocida de algunas personas de mi pasado, aunque algo de lo que se narra aquí lo he vivido en mis propias carnes de alguna u otra forma, si no igual, de manera muy parecida).

Hay un relato de crecimiento, una novela pequeña cuyo tema central quizá sea la nostalgia de una educación sentimental pasada por los filtros de la comedia y la ironía.

Lo mejor de ella, aparte de sus dos inmensos personajes, es cómo logra atrapar una atmósfera muy concreta y cómo intenta aprisionar la memoria esquiva entre las páginas. Muy atentos a sus innumerables guiños y referencias directas, que son parte de nuestra biografía cultural, tanto cinéfila como literaria.

El librito acaba con un espléndido epílogo de Luis Landero del que es mejor no decir nada para degustarlo como se merece y que dice todo lo que hay que decir sobre esta narración tan hermosa.


TÍTULO: “NAÍF. SÚPER”

AUTOR: Erlen Loe

AÑO: 1996

PÁGINAS: 240

GÉNERO: novela


Noruega tiene su “guardián entre el centeno”. Deliciosa novela cuyo narrador en primera persona resulta una voz narrativa de potencia exquisita. Un protagonista que no trabaja, que no estudia, que no tiene nombre y que ha decidido pasar el tiempo en buscarse a sí mismo al cumplir 25 años.

Divertida gracias a un humor inteligente y sencilla por su tono realista no exento de ternura y extravagancia, la novela discurre entre las sonrisas y hasta las carcajadas del lector que, no obstante, va siendo vapuleado internamente de una manera sutil, porque lo que en realidad se está contando es por qué la juventud (maldita) se siente perdida por culpa de los males de la civilización contemporánea cuyo sistema nos perturba y aliena. Y uno de los resultados es que la novela se convierte en un retrato generacional de la juventud de los años 90 del siglo XX (pero que hoy, también, tiene plena vigencia).

Fresca, incisiva en las argumentaciones, sus frases cortas (como disparos de balas) están repletas de reflexiones fragmentadas, todo muy en la línea de la novela postmoderna, esa que presenta la realidad de otra manera para que el lector se replantee el mundo real a través del microuniverso ficticio que plantea.

Humor + ironía dan como resultado esta fábula que encierra dentro una aspiración mucho más gigante de lo que su aparente tono distendido refleja. Muy buena, sí señor.

Título: “CANCIÓN DULCE”

Autor: Leila Slimani

Páginas: 278

Publicación: 2016

Género: novela


El Goncourt 2016 es una novela con un estilo narrativo fluido, selecto y pretendidamente frío la mayor parte del tiempo, y cuya trama me ha hecho tener constantemente la sensación de estar dentro de una película de Michael Haneke.

CANCIÓN DULCE” es una angustiante radiografía del ser humano que se expone a través de una crítica subterránea, pero muy efectiva, sobre los prejuicios de clase y/o las relaciones de dominio. Para conseguir esa radiografía, la autora juega con el lector y lo hace partícipe: éste debe ir conectando piezas, analizando situaciones y reconstruyendo vidas que se van desmembrando a medida que va leyendo; es decir, el lector debe actuar de investigador. El juego metafictivo es muy rico: novela policiaca, cuento de terror, thriller psicológico y hasta “Mary Poppins” se entremezclan sin llegar a ser ninguno de ellos o todos ellos a la vez.

Es una novela incómoda: te obliga a posicionarte moralmente de una manera tan sutil como abracadabrante. Y te hace sentir mal por querer conocer más cosas después del demoledor comienzo, que es así: “El bebé ha muerto. Bastaron unos pocos segundos. El médico aseguró que no había sufrido. Lo tendieron en una funda gris y cerraron la cremallera sobre el cuerpo desarticulado que flotaba entre los juguetes. La niña, en cambio, seguía viva cuando llegaron los del servicio de emergencias. Se debatió como una fiera. Había huellas de forcejeo, fragmentos de piel en sus uñitas blandas". Puff. Puñetazo ya desde el primer párrafo.

Por poner algún pero, creo que a la novela le sobran unas 50 páginas. Ciertas situaciones son reiterativas o innecesarias. Pero más allá de esto, es una lectura inteligente y crítica. Y que indigna mucho al lector, ya que una vez dentro, no puedes salir: el voyeur que todos somos tira de nosotros y, aún angustiados, queremos seguir “mirando”.

30 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
Publicar: Blog2_Post
bottom of page