UN ACTOR SUPERLATIVO vs. UN ACTOR GLOBO HINCHADO
- salva-robles
- hace 17 horas
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Dos de las películas más aclamadas del 2024 (así lo corroboran las críticas profesionales en medios nacionales de relevancia) tienen dentro cada una a sendos protagonistas omnipresentes en casi todas las escenas de sus respectivas películas. Son de esos roles importantes que deberían construir películas memorables gracias al talento de los actores que las interpretan, pero que también pueden tumbar películas y convertirlas en naderías o en fracasos si estos actores no están a la altura.
“MARCO” y “ESCAPE” tienen a Eduard Fernández y a Mario Casas, respectivamente, como absolutos protagonistas. Uno de ellos es ya un actor consagrado que ha demostrado con creces que es uno de esos actores de raza que siempre están soberbios. El otro, mucho más joven y aunque tenga un inmerecido Goya, no le llega ni a la suela de los zapatos al primero.
En “MARCO”, Eduard Fernández logra uno de esos milagros interpretativos que muy pocas veces se dan en la pantalla. Lo que hace en esta película es una obra de arte que uno contempla extasiado, con la boca abierta, alucinado todo el rato. Y eso que interpreta un personaje asquerosamente despreciable, que de tan vulgar e imbécil, llega a ser incómodo y desagradable y hasta produce contundente rechazo. Es este Marco un personaje real que todos conocemos, pues su lamentable historia ha sido narrada por la prensa y la televisión no hace mucho tiempo. Fernández le da vida y lo hace mutándose en él, desapareciendo el actor para transformarse en la persona real. Y hay mucho gran cine, cine del mejor e imperecedero, en contemplar a un intérprete traspasando el prodigio de lo soberbio, de lo increíble, de lo majestuoso. Es una interpretación tan completa, tan sutil, que lo que parece es que uno contempla al personaje real haciendo de sí mismo. Su interpretación es un juego de espejos magnético y sugestivo, un trabajo actoral que arrasa de tan magnífico. Por supuesto, no hubo ceguera por parte de la academia de cine y le dieron uno de los Goyas más merecidos e incontestables de la historia de estos premios.
En “ESCAPE”, por el contrario, tenemos a un actor que quiere ser uno de los grandes, pero se le nota que quiere serlo. No se le puede negar su entrega: su trabajo previo al rodaje ha debido ser morrocotudo, hay un profesional serio en Mario Casas, esto es incuestionable. El chico lo intenta y no es un actorzuelo cualquiera y cada vez se le nota más (otra vez se le nota) que quiere alejarse de esa imagen de actor de físico imponente gracias a las horas de gimnasio y a una genética agradecida. Le han regalado (no digo yo que inmerecidamente, conste) un rol cojonudo de los que buscan los grandes actores para lucirse y acaparar premios. Un personaje protagónico de los de altura, tan importante que la película lo tiene en todas las escenas y depende absolutamente de él para que el espectador se enganche y no se distraiga y la disfrute gracias a la omnipresencia del personaje. El problema de esta película es el propio Mario Casas: no ves al personaje, ves a un actor intentando TODO EL RATO construir un personaje; ves el esfuerzo y, claro, percibes la mentira en los intentos. Porque lo intenta y se le nota y ahí está el fracaso: un actor bueno tiene que dejar que su técnica pase desapercibida. Y Mario Casas termina interpretando un personaje cargado de tics, casi siempre sobreactuando, y por eso no vemos ni realismo ni autenticidad en su trabajo. Y por eso, merecidamente, no estaba ni siquiera nominado a los Goya cuando era, al parecer, uno de los fijos en todas las quinielas.
Pero, y las películas, ¿qué tal? Vamos a hablar de ellas brevemente:
“MARCO” (España, 2024), de Aitor Arregi y Jon Garaño
Hay mucho de cinematográfico en la historia real de Enric Marco y la película tiene un guion solvente, riquísimo y muy inquietante, además de un empaquetado formal estupendo. Está perfectamente dirigida y montada con un ritmo que tiene un in crescendo logradísimo, que alcanza belleza fílmica en eso de captar y describir los meandros de la mentira y de cómo la amnesia colectiva puede llegar a ser tan ciega. Consigue también esta obra que la realidad que retrata aparezca, muy sutilmente, disfrazada de comedia picaresca gracias a la representación de un caradura tan imbécil como peligroso. Y en este sentido, “MARCO” es un perfecto espejo de muchos de los representantes políticos nuestros que salen todos los días en los telediarios, es decir, que la película también nos recuerda que vivimos rodeados de gentuza arrabalera acaparando poderes que se aprovecha del analfabetismo funcional de sus votantes. Ay, qué mundo este capaz de parir personas como Enric Marco.
Muy buena película española. Mucho mejor que varias de las nominadas este año al Goya a mejor película. Y lo que hace Eduard Fernández dentro de ella es un logro histórico y ya inolvidable. Pasen y disfrútenlo. Solo por verlo a él derrochando talento inmenso ya merece la pena.
“ESCAPE” (España, 2024), de Rodrigo Cortés
Estamos ante una película valiente, por rara e inclasificable. Que apuesta por un talante narrativo con forma de rompecabezas, que adopta un tono como de fábula que quiere imitar un poquito a Kafka y un poquito también a “AMANECE, QUE NO ES POCO”. Ahí es nada su ambición, oigan. Pero (ay, los peros), la cosa acaba siendo un despiporre del quince, una trama con demasiados altibajos en un conjunto que muta en desmesuras varias que no maridan bien casi nunca. Y, por si fuera poco, tiene un personaje protagonista con el que es difícil empatizar. Una película, sí, libre. Sin embargo, las libertades que se toma no cuajan porque se convierten, narrativamente hablando, en torpeza ficcional y esto es algo que acaba ahogando la película en una piscina de ineptitudes estilísticas. Y sigo pensando que todo esto se lo habríamos perdonado fácilmente si al frente hubiera estado un actor regalándonos talento y no solo esfuerzo y profesionalidad. La historia del cine está llena de películas medianas (y hasta malas) que tienen dentro interpretaciones fabulosas que recordamos gracias a las dotes, agudezas e ingenios de sus inmensos y prodigiosos actores.
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