AÑO: 1959
PÁGINAS: 248
GÉNERO: novela
El extraordinario protagonista de esta portentosa novela (el narrador lo llama “C.”, ni siquiera sabemos su nombre) es un hombre ocioso (así se autodenomina él mismo varias veces a lo largo del relato), que vive sin trabajar gracias a una herencia de su padre. Como un casi hermano gemelo de Meursault (prodigioso personaje de “EL EXTRANJERO”, de Albert Camus), “C.” aborda la vida sin esperanza, sin pasiones (por mucho que le gusten las mujeres, no encuentra en ellas nada que le merezca la pena), sin voluntad y con una profunda apatía ante todo lo que le rodea. Lo vemos caminar constantemente por las calles de Estambul, fumando a todas horas, mirando el devenir con la indiferencia más absoluta. “C.” es el hombre contemporáneo, perfecto ejemplo de ser alienado; es un hombre que no está dispuesto a rendirse a los estereotipos familiares o sociales y no encuentra nada que lo distraiga o lo haga disfrutar. Enseguida se cansa o se siente insatisfecho ante las novedades.
La prosa (de frases cortas y directas, con pocos retoricismos lingüísticos) de Yusuf Atilgan atrapa al lector y lo deja fuera de combate. De vez en cuando, el escritor turco acude a ciertas técnicas de la novela moderna (multiplicidad de voces narrativas), sin recrearse en ellas, sólo puntualmente. Y al final, lo que resulta es una novela poderosa que hiere la consciencia del lector, que la vapulea, la sacude y hasta la inquieta. Porque “C.” es ese hombre que somos todos. Ese hombre que nace después de los primeros 50 años del siglo XX, el siglo de las peores barbaries humanas. “C.” da miedo. No por lo que hace (es casi el hermano gemelo de Meursault, pero no es Meursault en todos los sentidos), sino por ser un espejo de la contemporaneidad, de esa red invisible que nos atrapa y nos arrastra (y no sabemos hacia dónde) sin que apenas nos demos cuenta.
Comments