AÑO: 2011
PÁGINAS: 152
GÉNERO: novela
No había leído yo nada de Orejudo hasta ahora. He descubierto a un escritor maravilloso. Voy a seguirle la pista y leeré más libros suyos sin dudarlo. Lo que no entiendo es cómo no he llegado antes a él. Bueno, da igual: a los libros se llega cuando se tiene que llegar y aparecen en tu vida cuando tienen que aparecer.
¿Han visto las películas de Wes Anderson? Pues, aunque las comparaciones son odiosas (y seguramente el director americano no ha leído esta novela), la obra de Orejudo me las ha recordado mucho (muchísimo, más bien). Mientras leía, también me he acordado de Juan José Millás. Algo en común tienen los tres artistas (y conste que es mi mente quien los asocia) que a mí me llena, me satisface, me divierte. Quizá la excentricidad de las acciones y de los personajes y hasta la propia estructura con la que presentan sus obras los tres sean los motivos por los que mi mente los interrelaciona. Pero también hay un humor cínico y naif, tierno y extravagante que une los tres caminos de tres artistas (dos novelistas y un cineasta) que, por otra parte, son únicos y con un universo muy personal.
Orejudo nos cuenta una sucesión vertiginosa de acontecimientos que son narraciones dentro de otras narraciones, a la manera cervantina y con el truco (recurso muy habitual en la novela de todos los tiempos) del manuscrito encontrado (aquí una carpeta de un psiquiatra que tiene dentro los estudios de las esquizofrenias variadas de algunos pacientes). Así, asistimos a un conglomerado de relatos diversos, como lo son sus narradores y los temas. Pero todo, aunque no lo parezca, mostrado de manera nada aparatosa, con un sentido del pasatiempo y de la diversión alucinantes. Hay ritmo, gran dominio de los diálogos y, sobre todo, una capacidad inmensa para mercadear inflexiones y registros. Y todo ello para hablar, con mucha inteligencia y aún más desparpajo, de la locura y de la vida o de la loca vida que nos vuelve aún más locos. Pero, oigan, ¡vivan los zumbados!
Comments