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“VIOLETTE” (Francia, 2013), de Martin Provost


Qué suerte amar el cine para encontrarte a veces con estos regalos. Los filmes que son “biopics” suelen tener casi todos los mismos defectos: se embaldosan por estar cargados de clichés y eso hace que la narración se quede estancada en la mostración de una serie de instantes de la vida del personaje biografiado, que buscan acertar en el retrato y a la vez resumir en detalles aislados la personalidad de alguien teóricamente importante.

“VIOLETTE” no pretende esquivar estos clichés, pero hay tanto respeto hacia la persona retratada, tanto tacto y delicadeza en hacernos saber quién fue esta mujer y, sobre todo, tanta fidelidad en exponer el entorno y la época en la que sobrevivió, que lo que pretendía y lo que consigue esta película terminan ensamblándose en algo extraordinario. Para ello, la historia juega a veces con los excesos íntimos de esta alma herida que fue la fascinante escritora Violette Leduc, sin llegar nunca a la exageración. Que Leduc fuera una de las primeras feministas (sin pretenderlo) de la historia es algo secundario: lo que le importa a la película es mostrar la necesidad que tenía de escribir esta mujer que encontró en la literatura su supervivencia.

También me gusta el tono adoptado para narrar: lo dramático está muchas veces revestido con una ironía y un humor tan sutil (esa madre de Violette Leduc, por Dios), que las dificultosas zonas oscuras por las que atravesaba esta mujer llegan a estar presentadas con elocuencia lírica y tacto expresivo precisos y reales. Es decir: logran humanizarla y no sólo cumplir una mera función ilustrativa. Toda la película es así, pero qué luminosos (sin olvidarse, por supuesto, de los lados terribles de la vida) son los últimos 45 minutos, que van en busca de la paz interior de una mujer que sin duda se lo merecía.

Todo es exquisito dentro de esta obra curiosa y bien bordada: decoración, vestuario, fotografía y banda sonora engalanan a unos actores superlativos, con una Emmanuelle Devos a la cabeza, cuya interpretación es de las que dejan huella y hacen historia. Qué actriz esta señora.

POSDATA: Y encima, no sólo está la personalidad de la injustamente olvidada escritora que fue Leduc, sino que en el film aparecen o se mencionan a Simone de Beauvoir (tan importante en la vida de Leduc y que la película refleja a la perfección), Albert Camus, Jean Genet, Sartre, Cocteau, Proust… ¡¡¡y hasta la editorial independiente e histórica Gallimard!!!!

Me confieso en estado feliz tras su visionado.

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